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 Una historia orca

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Dulcepsicópata
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MercenarioOrco
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Dulcepsicópata
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyDom 13 Nov 2011, 11:56

Muy bueno!! La aparición de Xardas ha quedado genial (así como enlace a G3) y a mí sí me parece que esté conseguido el personaje (aunque preferiría que dijese algo como: "por supuesto que soy seguidor de Innos y ahora muere maldito orco"

La historia no está acabada verdad? Lo digo por el final del capítulo
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyDom 13 Nov 2011, 14:52

muy buena historia, y no dudes de tus habilidades como escritor Wink
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MercenarioOrco
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyJue 17 Nov 2011, 21:56

Bueno, he ahí otro capítulo. Espero no herir la sensibilidad de nadie.

BELIAR
De repente, había empezado a llover. Eso no le facilitaría las cosas a Gurud. Con la espada de mineral por cortesía de su jefe Nimrod en mano, se dirigía afuera del campamento, para negociar con los orcos que asediaban el castillo. Esas eran sus órdenes, y las cumpliría, pasase lo que pasase. Tenía honor, pero era un asesino. De cualquier modo, procuraba no pensar demasiado en las misiones que le encargaba su líder, pues era el maestro de la arena, y eso era lo que importaba, ¿no?
Había una gran multitud en la puerta principal de Refugio. Todos observaban al chamán Ur-shak y a un humano que llevaba con él. Eso era lo que les llamaba la atención, pero no a Gurud. El héroe orco ya había visto a muchos esclavos, y aunque ése morra no lo pareciera, todos eran lo mismo para él. Tampoco le gustaba que su hermano Nimzo se llevara tan bien con su esclavo León. Pero todo eso eran tonterías, debía concentrarse en su deber.
Así que se hizo paso y salió del campamento, decidido. En teoría, debía encontrarse con unos orcos, comerciantes y guerreros; y reclamarles el pago de su último envió, y así mismo, comercializar de nuevo. Aunque le escamaba que Nimrod le hubiera escogido a él para esa misión, ya que aparentemente no tenía peligro…
Llegó al punto de encuentro, dónde le esperaban cuatro orcos, en una cabaña improvisada. Había dos comerciantes y dos guardaespaldas, pero también había unos niños orcos correteando por ahí, junto con una mujer. Quizás si debiera descartar que hubiera posible violencia.
Uno de los comerciantes se hizo adelante, con una caja en las manos.
-Saludos, hermano –Dijo el mercader.-Mi nombre es Tarrok, y soy comerciante. Es casi increíble, jaja… En fin, asumo que no vienes de caza por aquí, así que tú debes de ser el hombre que esperamos. Pero debes saber que traemos malas noticias.
Gurud se acercó al comerciante, inquisitivo.
-No te pongas nervioso, amigo, no es nada que no se pueda arreglar. En teoría, debemos pagar a tu señor 4000 monedas de oro por el último envío, y aunque tenemos el oro, no es para vosotros. Tenemos otras deudas, así que no podemos pagar. En esta caja tenemos una carta explicadora para el comandante Nimrod.
Gurud cogió la carta y se alejó de la cabaña sin decir adiós. Se sentó encima de una roca, al cabo de unos metros, y empezó a reflexionar. No sabía bien que hacer: entregar la carta sería como fracasar en su cometido. Esos comerciantes no tenían derecho a empeñar su honor. No les dejaría hacerlo. Ellos decían tener el oro, así que se lo exigiría. Empezaba a entender porqué su líder lo había enviado a él.
Se acercó de nuevo a ese tal Tarrok.
-Dame el oro. - Le dijo, frío.
-Ehm…Ya te lo he dicho, no te lo podemos dar, tenemos otras órdenes.- Y el comerciante, algo turbado, se fue a su cabaña, detrás de los guardias, dónde tenía guardadas las monedas en su cofre.
Gurud cogió aliento y se giró de espaldas a todos. Sacó su espada, y con un giro rápido, cortó el cuello de uno de los guardaespaldas, que cayó inerte delante del otro, mientras se oía aún su grito desde ultratumba. El otro guarda sacó el hacha, así lo hizo también uno de los comerciantes, y la batalla ya estaba servida.
El guardia restante se acercó a él, loco de furia, y empezó a luchar con unos movimientos frenéticos y estúpidos, que sin embargo; no le dejaban hueco para atacar al protagonista. Así pues fue a por el comerciante y le hizo varios cortes en el brazo que sostenía el arma. Entre pequeños jadeos, el mercader finalmente la soltó y trató de huir sin éxito. Entonces Gurud lo alcanzó por la espalda y le pinchó con la espada hasta atravesarlo. En el fragor del combate se oyó un fuerte chasquido que hizo las delicias de Gurud. Ese chasquido repugnante era el ruido de la columna vertebral en quebrarse.
El guardaespaldas restante murió de la misma manera, ya que intentó golpearle en la cabeza con el hacha, dándole finalmente al orco un momento en el que atacar, y por supuesto, lo hizo, y de la misma manera: alzó el arma y haciendo un corte lateral, le agujereó la espalda hasta que no pudo más. Se volvió a oír el chasquido. Ese macabro sonido…provocaba en Gurud una sensación eufórica, le inyectaba poder en su ser. Daría lo que fuera por volver a oírlo. Por suerte, aún podía, ya que ese mercader llamado Tarrok aún estaba con vida.
Fue a la cabaña, empapado en sudor. Parecía que el enemigo estaba durmiendo junto a su esposa, y esa fotografía casi idílica provocó rabia en Gurud. Se había hecho de noche y apenas se había percatado.
Usó el arte del sigilo.
Cogió el cuerpo del enemigo con las dos manos. Éste roncaba plácidamente, inconsciente. Puso el cuerpo en el suelo, y como si tal tronco de leña se tratase, lo cortó en dos, de nuevo, por la retaguardia.
Y ese chirriante ruido volvió a sus oídos. Una sonrisa se dibujó en su cara.
Mató de igual manera a la mujer, aunque se esperó a que despertase y viese con sus propios ojos la matanza de su ser querido. Gritó y lloró, no sin antes intentar pelear.
Un charco de sangre y llanto bajó por la arena, precedido por el chasquido infernal. Era una pena que ese sonido solo se produjese en atacar por la espalda…le daba desventaja.
Miró el espectáculo sangriento. El trabajo estaba hecho, pero se quedó con las ganas de cortar más columnas. Guardó el arma y, más relajado, cogió el dinero del cofre ( un bolsón de cuero con cuatro mil monedas, justas y contadas ) y salió de la cabaña. Entonces se percató de que había los niños del comerciante, corriendo en la noche, entrenando para el combate, como es típico de los orcos.
Beliar se apoderó de Gurud. Pensó “ tampoco será bueno que crezcan sin sus padres…”
Se acercó a ellos. Había dos.
Dos chasquidos.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyJue 17 Nov 2011, 22:05

Muy bueno el capitulo, pero te gusta mucho matar. Tio, deja a los orcos en paz, que no te han hecho nada....
Bueno, muy bueno, sigue asi.
Un saludo.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyJue 17 Nov 2011, 22:34

IMPRESIONANTE

Te superas en cada capítulo. Me ha encantado, de verdad Wink
PD: Tío, en serio, tu historia tiene mucho nivel ee
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 19 Nov 2011, 14:03

joder con gurud le da igual matar humanos que orcos, mientras corra la sangre el es feliz o.o
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 19 Nov 2011, 16:02

HIJOS DE ESPÍRITU

Todo el mundo se detenía ante el orco y el humano. Ur-shak empezaba a pensar que no era una buena idea haber traído a ese tal Xardas a la aldea. Pero el daño ya estaba hecho.
Saang y los monjes estaban en la escalinata de la Iglesia, esperando al dúo. Saang, el monje mayor, se quitó la capucha y dirigiéndose a Ur-shak, gritó enfurecido:
-¿Pero qué has hecho, desgraciado? Más te vale decirme por qué motivo has llevado la deshonra a nuestro refugio… ¡Nunca pensé que pudieras ser tan imprudente!. ¡Nos has traído a un mago, nada menos!
Nuestro protagonista estaba muy confuso. No pensaba que su líder se tomase sus actos de esa manera. No había para tanto, ¿Qué era lo peor que un humano podía hacer allí?
-No le entiendo, maestro. Es solo un humano que he capturado, y tiene teorías muy interesantes que nos pueden ayudar.
-¡Pero no me importan sus teorías Innostianas! Debes entender que traer a un humano a un lugar de oración y culto a Beliar es una falta de respeto muy importante. – Saang miró a Xardas y al chamán, respectivamente. – Bueno, de acuerdo - suspiró – Explícame las teorías del humano, monje.
Ur-shak quiso hablar, pero entonces Xardas dio un paso adelante, muy serio; y se dispuso a hablar. Saang se lo impidió al ver sus intenciones:
-Pero…¡No me puedo creer lo que veo! ¿Es que quieres que te ejecutemos, morra? He dicho que hable tu amiguito, no TÚ. – Saang estaba a punto de estallar.
Ur-shak veía como la situación se le iba de las manos, y encima el viejo humano se mostraba totalmente irreverente. Se relajó y por fin procedió:
-Bien, maestro, voy a explicarle esas teorías. Verá como vale la pena de oír.
Y en ese preciso instante, Xardas volvió a dar un paso adelante, y dijo:
-De acuerdo. Primero: con respecto a los rituales…
Y aquello fue la gota que colmó el vaso. El líder de la orden cogió a Xardas por el cuello y lo empujó. Pero el nigromante, tan tranquilo como siempre, se limitó a sonreír:
-Para ser líder de unos monjes, no pareces llevar una vida demasiado pacífica. Deberías callarte y escuchar.
Saang estaba temblando de furia. No podía concebir que un humano le estuviese faltando al respeto como ningún orco lo había hecho jamás.
Xardas veía la situación, y cuando creyó que ya había hecho sufrir suficiente a los presentes, se acercó rápidamente a Saang y le susurró algunas palabras. Era magia, pero nadie lo había podido apreciar.
Gradualmente, el monje entró en un estado de relajación total. Se volvió feliz y apacible, como drogado, y se tambaleó varias veces, consiguiendo mantener el equilibrio.
El nigromante estaba riendo delante de todos los monjes, pero finalmente explicó sus teorías, aunque nadie lo escuchó, porque estaban atónitos. Cuando acabó, Saang aplaudió, como un niño pequeño. Apenas se encontraba las palmas de las manos.
-Me ha encantado, sí señor. – Se apoyó en Ur-shak. – Fantástico.
Xardas se acercó a Saang y le dijo:
-Oye, ¿porqué no comprobamos mis teorías ahora, eh?
Saang no pareció ni considerarlo. Parecía como borracho, pero nadie podía desobedecerlo cuando dijo:
-Claro, vayamos a hacer un ritual, colega.
Pasó una eternidad hasta que los monjes acabaron de debatir lo que estaba sucediendo y se pusieron en el círculo del ritual. Todos estaban en su sitio, incluso Xardas, Ur-shak y Saang. La teoría del nigromante explicaba que la posesión se debía realizar en animales o criaturas de Beliar, pero en ese momento no tenían nada de eso, así que la idea era probar la habilidad de Xardas en un humano.
Todo empezó. Saang dio la señal y todos alzaron los brazos y conjuraron. La magia fluía por el aire, todo iba bien.
Pero Saang empezó a tambalearse. Gritaba, temblaba, se movía frenéticamente. No se podía parar la labor una vez empezada, así que todos los chamanes estuvieron de pie observando cómo su líder moría. Nadie sabía que pasaba. Nadie, menos Ur-shak. Él podía ver la concentración que tenía Xardas, y como un rayo de energía mágica iba de él hasta la cabeza del gran chamán.
Aquello fue un asesinato.
Cuando el ritual se dio por acabado, todos fueron a socorrer y llorar a su líder, pero no el nigromante. El viejo mago se puso delante del altar, captando la atención de los presentes, y una figura mágica salió tras él. Parecía una especie de espíritu, alguna bestia aterradora que hizo que los monjes le tuvieran miedo a Xardas por el resto de su existencia. La bestia, enorme, dijo:
-A partir de ahora, el humano es vuestro líder.
Xardas, serio, se retiró a una de las habitaciones, dejando a los monjes por el suelo, llorando a su líder y rezando por no morir ellos también.
Como a agradecimiento a sus servicios, Ur-shak era el único al que el nigromante no había hechizado.
El orco se quedó allí de pie.
Así que el morra sería el líder de la orden, indudablemente.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 19 Nov 2011, 20:42

Ahora haces a Xardas lider.....
Pero la historia esta muy buena, sigue asi, que al final sacaras algo muy bueno.
Un saludo.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 19 Nov 2011, 20:47

Increíble!!!!!
Me ha encantado, como siempre jeje
Xardas fue, es y será el puto amo!!!!! jaja
Cada vez se van hilando más las cosas respecto de la historia de G3.
Sigue así!
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 19 Nov 2011, 21:14

Joder, tio que bueno Twisted Evil
Por cierto, Gurud se está volviendo un sadico Razz
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyDom 20 Nov 2011, 14:10

nunca me ha caido bien xardas y menos ahora...
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyLun 21 Nov 2011, 23:12

un personaje al que realmente habia dado poco protagonismo. En fin:
LEÓN
León se agarró a su espada, con determinación. Examinó a su oponente, delante suyo. Llevaba una poderosa lanza, pero estaba muerto de miedo y titubeaba. Era increíble que a los orcos se les hubiera ocurrido hacer duelos entre esclavos. Él no quería hacer eso. Pero allí estaba, en medio de la arena, luchando por nada.
Viendo la indeterminación del oponente, se lanzó al ataque. Bastó con dos ataques circulares para hacer caer el enemigo. Había sido incluso demasiado fácil, lo único que esperaba era no haberle hecho demasiado daño a su camarada.
Los orcos gritaban emocionados. Se sentían como dioses haciendo luchar a unas débiles mascotas. El combate había finalizado, pero demasiado rápido.
Gurud se dio cuenta de la pequeña decepción que eso suponía. Los orcos querían ver más sangre. El general Nimrod estaba allí, viendo su trabajo por primera vez en mucho tiempo, así que no podía fallar. Los orcos empezaron a gritar cosas ininteligibles hasta que la voz se hizo una, que decía: “¡a muerte!¡a muerte!”
Una inesperada solución a todo aquello. Sería la nueva idea que traería frescura al combate. Así pues, Gurud se puso encima de su tablón de madera y ordenó: “Que sea a muerte”
Los orcos estaban satisfechos, Nimrod el que más. Un cántico bárbaro llenó los oídos de todos, y aumentó el horror que sentía el desgraciado de León por tener que matar a su compañero.
¿Tenía que hacerlo? Era él o el otro.
Así pues, y con un inimaginable pesar, León, que aún estaba encima de su oponente abatido; se acercó a él y le susurró a la oreja: “reza a Innos para que acoja tu alma, adonde se suponga que vaya”. Esperó unos segundos y le atravesó su cabeza con la espada, aunque por mala fortuna i poco práctica, tuvo que hacerle tres cortes terribles para matarlo. Aquello fue lo peor. Se oía el crujir de su cráneo bajo el arma. Cuantas noches en las que no dormiría por aquello…
Los orcos estaban satisfechos. León tiró la espada al suelo y salió de la arena, abatido mentalmente. Apenas estaba herido, pero jamás olvidaría aquello.
Gurud esperaba encima de las escaleras, con una desagradable sonrisa en la cara:
-¿Cómo te sientes, asesino?- Dijo, y acto seguido soltó una sincera carcajada.
León lloró delante de todos y sus burlas, y huyó del lugar. Caminó durante un rato que se le hizo eterno, hasta que llegó hasta la mansión de su maestro, Nimzo.
Entró sigiloso, intentando evitar a su amigo y a las sirvientas, pero allí estaba él, sentado en un sofá de cuero. Al ver entrar a León, malherido y destrozado, se levantó de golpe.
-¡Por Beliar!-Gritó impresionado.- ¿Qué demonios…?¿Qué ha pasado?
León no quería hablar. Nimzo, que con el tiempo se había convertido en su mejor amigo, le hizo alzar la cabeza y hablar.
-Dime lo que ha pasado, compañero.
León se secó las lágrimas, y ahora furioso, habló:
-He luchado en la arena.
Nimzo encajó la noticia con algo de indignación, ya que no le habían pedido consentimiento para ello, pero siguió escuchando.
-Y…he ganado, pero…fue a muerte. He matado a un amigo. Y no pude…No pude rematarlo bien. La sangre…estaba por todas partes. La sangre…
Nimzo tuvo suficiente de la historia. Compartiendo enormemente el dolor del esclavo, le dijo: “sígueme” y fue hacia la arena, irado. Era increíble lo que había ocurrido.
Allí encontró a su hermano, reparando su cabaña con un martillo y un par de tablas de madera.
-Gurud, gírate.
Gurud se giró, extrañado.
-Saludos, hermano. ¿Qué te pasa?- Acto seguido se percató de la presencia del esclavo, y su cara se volvió completamente seria.
-Mi esclavo.
-¿Qué le pasa?- Si hizo el tonto.
-Lo has hecho luchar en la arena, sin mi consentimiento. Y fue a muerte. ¡Por primera vez en Refugio, ha sido a muerte!
-Eh, para el carro, hermano. ¡Puedo hacer lo que quiera con los humanos, como si los mato con mis propias manos! Son de NUESTRA propiedad.
-¡Sabes a quién pertenece León, desgraciado! –Entonces se acercó a Gurud, realmente furioso.-Que no vuelva a pasar, o habrá más de una muerte…
Gurud no sabía cómo tomarse esa amenaza. Calló unos segundos.
-Haced lo que queráis, tu y esa mierda de basura.
Se intercambiaron unas temibles miradas, y finalmente abandonaron el lugar. León estaba realmente agradecido, y así se lo dijo a su amigo, pero éste era muy humilde. Sólo le dijo:
-No te preocupes. Ve a dormir, anda; mañana y todos los días son duros.
Nimzo se dirigió a su mansión del barrio alto, y León se fue, ya más relajado, a su cabaña del suburbio.
Empezó a andar, aún atormentándose por la lucha en la arena. Algo le distrajo de sus pensamientos. Era un ruido. Unas pisadas.
Un golpe terrible, por la espalda, lo hizo caer al suelo. Aún consciente, vio a Gurud, el maestro de la arena:
-¡Asqueroso morra, espero no volver a saber de ti!
El enemigo se guardó el martillo y se largó, dejando el esclavo en el suelo, herido.
Allí mismo, León se incorporó y se propuso a sí mismo no contarle a Nimzo lo ocurrido. Sin embargo, por Innos que se vengaría.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyLun 21 Nov 2011, 23:46

Muy buen capítulo!! Te digo una cosa: esa técnica que empleas de tener varios protagonistas relacionados está dpm!! La verdad es que estuve pensando en plagiarte eso pero al final por no ser demasiado cantoso sólo pondré a un protagonista (osea narrador omnisciente- tercera persona, pero centrado en un sólo personaje). Fíjate que en este momento, todos tus protagonistas (ur-shak, gurud, nimzo y león) me caen bien, lo cual ya es difícil teniendo en cuenta lo distintos que son entre ellos jej
Espero el próximo capítulo Wink

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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyMar 22 Nov 2011, 15:15

este capitulo no me a gustado tanto como los otros (este tio me parece un quejica) aun asi no a estado mal
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyMar 22 Nov 2011, 17:49

Me ha encantado este capitulo, excepto poruqe se cargan a otro.........
Bueno, sigue asi
Un saludo.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyMar 22 Nov 2011, 18:03

aver antiheroe Laughing Laughing a mi si me hicieran matar a alguien y estuviese impotente ante la situacion: no poder rebelarse, apenas hablar...eso jode mucho tio...piensa que León no es nisiquiera fuerte fisicamente
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyMiér 23 Nov 2011, 22:34

bueno, como ya quedan pocos capitulos para acabar mi historia y pronto dulcepsicopata escribirá una suya, perfiero apresurarme a acabar esta.
dos capitulos Wink

¿PROBLEMAS?

Xardas se había hecho con el control de la orden Beliaresca de Refugio. La situación, por encima de todo, era pacífica y conformista para todos. Para todos menos uno: Ur-shak se sentía engañado, traicionado en cierto modo y humillado. Había traído una verdadera amenaza a la aldea, todo por su culpa. ¡Un humano era ahora su jefe!
¿Debía obedecer? ¿Acaso había alternativa? Quién sabe.
Se puso la túnica y salió al pasillo. Cada día, Xardas obligaba a los monjes a ir a la Nueva Torre, que había mandado construir a un grupo de muertos vivientes en su primer día de mandato. Allí hacían lo mismo que antes en la iglesia: estudiar y rezar. Raras veces bajaba Xardas a verlos, y nadie sabía de la naturaleza de sus estudios. Sin embargo, ocurrió el día en que se dejó caer por la zona de los monjes. Todo el mundo se inclinaba, estaban aterrorizados ante su figura. El nigromante parecía ni verlos.
Ur-shak, sin embargo, decidió no inclinarse. Él era el único al que no había hechizado con su magia, y por eso no tenía miedo. Su valentía fue apreciada por el humano, que decidió no decirle nada. Cuando pasó de largo, Ur-shak se enfureció de verdad. Esperaba un discusión, lo que fuera; pero no aquella muestra de indiferencia.
Salió tras él, con determinación:
-¡Eh! - Gritó al alcanzarlo. - ¿Acaso soy invisible?
Xardas se giró hacia él, turbado.
-¿Qué quieres, orco? No me importa si me respetas o no.
Ur-shak estaba encendido, no pensaba con claridad. Quizás su ira fuese irracional, pero ese humano le sacaba de sus casillas.
-Parece que no te importa nada, humano. ¿Sabes qué creo? Creo que deberías dejarnos estar de una vez por todas. No entiendo tu propósito aquí, lo único que sé es que te has cargado lo único bueno que había encontrado en mucho tiempo.
-Vaya. Eres tan primario como creía. Sólo quieres poder, ¿no es así? Si eres paciente lo tendrás. En cuanto me largue.
Ur-shak se quedó en un pequeño estado de shock. Se encontraba muy turbado.
-Pero…tú asesinaste a nuestro líder. Yo vi como lo matabas durante el ritual. ¡Eres un asesino!
El nigromante se permitió una sonrisa.
-Tú también lo habrías hecho. Ese idiota era un estorbo, tuve que quitármelo de en medio. Y ahora vete, antes de que te haga explotar. Vete, por tu bien.
Xardas siguió su camino, fuera de la iglesia. El viejo chamán se quedó pensando, sintiéndose desesperado ante la enorme impotencia que le provocaba la situación.
Entonces, cansado de todo, se quitó la túnica y la lanzó al suelo; gritando:
-¡Pues claro que me voy! ¡Me largo, lejos de esta locura!
Y se fue, así de simple. Pasó los siguientes días durmiendo en las cabañas del suburbio, con los esclavos. Cada día, cada noche, pensaba en el humano. Lo odiaba profundamente. Pagaría por todo.
Sin embargo, al nigromante le importó menos que nada. Tenía sus objetivos, lo que pasase en aquella aldea era totalmente irrelevante en su camino. Y su camino, siempre incansable, le llevó a visitar al general Nimrod, líder de la aldea.
Entró al ayuntamiento, sin permiso, y buscó al general, que estaba en su trono de calaveras. El general, que llevaba días temiéndose esa visita, se levantó y estrechó la mano al humano.
-Así que tú eres Xardas. Te había imaginado diferente, la verdad. En fin, me imagino el motivo por el cual acudes a mí. No te preocupes: no me importa en absoluto lo que pasa en la iglesia. Ejerce de líder y todo lo que quieras, pero no interfieras en mis asuntos, ¿me sigues?
Xardas no estaba interesado, para nada, en ese tema.
-Te equivocas, orco. Es a mí a quién no le importa nada de esto, solo acudo a ti por una razón. Deberías saber que mi objetivo, desde hace tiempo, es largarme de esta maldita isla. Tú tienes el medio: vuestros barcos. Me embarcaré en la próxima embarcación que llegue al puerto, lo quieras o no. ¿Me sigues?
Nimrod se quedó muy impresionado por el coraje y el poco respeto que mostraba el humano. Consideró unos instantes lo que no parecía ser una propuesta, y dijo:
-No. No te puedo permitir hacer eso. Esos barcos son nuestros, mi superior me prohibió por encima de todo que ningún humano que no fuese esclavo llegase a esos barcos. Además, ahora eres un miembro de nuestra sociedad. No te puedo dejar marchar.
Xardas entendió la respuesta, que de hecho, ya esperaba. No replicó.
Igualmente, ya tenía un plan.

PASADO

No había espacio. No lo había para respirar, mucho menos para moverse. La mujer estreñía la cabeza de su hijo contra el vientre, protegiéndole.
La actividad en el barco parecía incrementarse. Desde la zona de esclavos en la que estaban ya se podía oír a los orcos ir moviéndose por todos sitios. Los tablones crujían.
Se hizo la luz, finalmente. Un orco abrió la puerta, deslumbrando a todos.
Los humanos no se atrevían a hablar, pero sabían lo que hacer. Salieron de la sala y se pusieran en fila delante de la pasarela de la embarcación, ya colocada en la tierra de Refugio. Poco a poco, todos tocaron tierra, y fueron dirigidos a los barracones de la aldea. Todos se alegraban de dejar el barco, pero no de llegar a la civilización orca.
La mujer veía aquellas criaturas por todos lados. Estaba harta. Ese no era el mundo en que quería criar a su hijo, su marido hubiera dicho lo mismo. Era un hombre valiente. Y valiente lo recordaba. Nunca supo que había pasado con él.
En fin, la vida seguía, o lo que se suponía que fuese aquello.
Durmieron de nuevo, o almenos lo intentaron. La gente sudaba, los niños lloraban. La esclavitud era una prueba que ninguno habría tenido que superar, pero allí estaban.
Por la mañana, muy temprano, un orco abrió la puerta, seguido de un pequeño grupo y un esclavo humano, tapado por los demás. Poco a poco, los sacaron a todos de allí y les asignaron sus nuevos amos. A la mujer le tocó ir con uno de los comerciantes del barrio alto, o eso escuchó. El hijo fue llevado a los suburbios, para trabajar probablemente como a jornalero.
***
-¡¡León!!-Gritó Nimzo estresado.- ¡Ven aquí ahora mismo!
León, sin prisa, bajó las escaleras. Sabía que su amigo nunca se enfadaba de verdad, así que no tenía de qué preocuparse. Cuando por fin asomó su cabeza por el salón, Nimzo ya lo esperaba, con una sonrisa en la cara:
-Demonios, ¿no eras mi esclavo? – Rieron juntos – Ven aquí, anda, tenemos trabajo…
-¿De qué se trata, otro barco?
-Sí. - afirmó el orco. – Otro “cargamento”
-Esclavos – redondeó León. – No pasa nada, estoy acostumbrado. –El orco y el humano se miraron seriamente. – Vamos, venga. – Afirmó el esclavo.
Así pues, salieron de la casa, dirección al puerto de Refugio.
Era quizás el sitio más singular de la aldea, ya que pese a encontrarse cerca de los suburbios, en la parte baja; era una zona totalmente cuidada por la autoridades, bien estructurada y con grandes edificios y casas de pescadores. En la costa llegaban barcos una vez cada mes, para proveer a los orcos del Valle de las Minas con lo fundamental: el comercio sólo trataba de satisfacer sus necesidades, pues en tiempos de guerra se había decretado así. El trabajo de Nimzo trataba sobre eso, fundamentalmente: vigilar las mercancías, encargarse de que todo fuese mandado a sus propietarios, y enviar patrullas “honestas” a vigilar si había contrabando, y “nunca había”.
En fin, el orco llegó al sitio habitual, y sacó sus libros. León lo acompañaba con los suyos, y los grupos de trabajadores pasaban por delante de ellos, así que hacían recuento y les asignaban un emplazamiento. Contaron carne y pan, agua, bebida y armas, entre otras cosas; hasta llegar al cargamento de esclavos.
Éstos, demacrados por el viaje, se pusieron en fila totalmente desganados; y fueron recontados.
La mujer había sido separada de su hijo, pero seguía orgullosa como siempre: estaría bien, seguro. Sin embargo, no sabía si pasaría lo mismo con ella.
Llegó ante Nimzo, con la mirada altiva. El orco vio la determinación de la mujer en sus ojos, y supo al instante que tenía delante a alguien…a alguien especial, o eso le pareció. La asignó de inmediato a sí mismo, así que le dijo a León que lo anotase.
León miró por primera vez a la mujer, cabizbaja.
-¿Nombre?-Preguntó.
La mujer alzó lo mirada al humano.
Sus ojos se encontraron, y se reconocieron enseguida.
Pasaron más de cuarenta segundos, los cuales restaron los dos en estado de shock, hasta que el orco les llamó la atención.
-¿Nombre?- Preguntó esta vez él.
León sonrió conteniéndose de la emoción.
-Ya lo conozco. – Afirmó rotundamente. – Yrvina. Se llama Yrvina.
Sin despegar los ojos de su amada, dijo:
-Se queda con nostros.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyMiér 23 Nov 2011, 22:49

Muy buena pero, ¿ya ha acabado la historia? Porque si es asi me imaginaba otro fianl..........
Un saludo.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyMiér 23 Nov 2011, 22:57

JODER, NO!!!!!!!!
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyJue 24 Nov 2011, 10:16

Bien, bien, me ha gustado mucho el chapter, como siempre jeje
Tío!!! Acaba tu historia a tu ritmo!! no te sientas presionado, ni mucho menos..
PD: Por cierto, yo creo que al final se armará la de dios es cristo en Refugio jaja
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyJue 24 Nov 2011, 14:39

buen capitulo, yo creo que al final Léon se revela y deja a todos muertos menos a su amo
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptyJue 24 Nov 2011, 17:47

Citación :
Bien, bien, me ha gustado mucho el chapter, como siempre jeje
Tío!!! Acaba tu historia a tu ritmo!! no te sientas presionado, ni mucho menos..
PD: Por cierto, yo creo que al final se armará la de dios es cristo en Refugio jaja
bueno de acuerdo, quiero hacer esto bien asi que me tomare mi tiempo, pero ma sabe mal Neutral enfin, ya quedan pocos capitulos Wink
PD: si, se armara parda en Refugio XD
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 26 Nov 2011, 18:04

vaya gente, con tantas historias nos estamos dando hostias entre nostros...
enfin, otro chapter ( no me gusta mi estilo ultimamente, pero todo va al mismo sitio, asi que...) ESTE ES EL PENULTIMO

GRACIAS Y PELIGRO
León y Yrvina llevaban viviendo con Nimzo un mes y pico. Los amados pasaban el día juntos, y a cualquier lugar al que fuera uno, iba el otro. Eran realmente felices. Nimzo los veía, muy alegre. Parecía que aquello que le faltaba al esclavo había vuelto al fin, para estar a su lado. Desde la llegada de su familia, León era un hombre nuevo.
Había pasado algún tiempo con su hijo. Nadie sabía su relación, pero si alguien se hubiese parado a contemplarlo, lo habría visto enseguida. El niño tenía entonces unos nueve años, se llamaba Carlos y se podía apreciar inteligencia y cariño en su mirada. Sin embargo, sus manos eran rugosas y cortadas: Era un esclavo, y por ello tenía que trabajar en el campo. Su amo era un orco antipático y negrero, y pocas veces lo dejaba escapar de sus campos.
León fue a verlo una tarde, en el tiempo libre del niño. A veces le enseñaba a leer, a veces solo hablaban el uno con el otro. Lo que el niño quería de verdad era combatir.
Llegó a la casa aquél día y dio una vuelta por el campo, buscando a su progenie. Encontró al chaval escondido en un cobertizo, al lado de la casa. Estaba muy mal camuflado, bajo una manta vieja y arrugada. Le quitó el harapo de encima, y, extrañado, le preguntó:
-¿Qué haces aquí, hijo?
El niño se habría alegrado de ver a su padre en condiciones normales, pero no en ese momento. No quería hablar.
-Venga, a mí puedes contármelo todo…
Esbozó una sonrisa, pero el niño no hacía ni caso. Sólo dijo:
-Hace calor.
-¿Hace calor?
-Sí. No quiero salir. Hace calor.
León cogió al pequeño y lo sentó a una silla cercana.
-Dime. – Dijo.
-De acuerdo…Muruk …me hace trabajar mucho. Y llevo todo el día. Cuando tengo sed no me da agua. Ayer escupió…en mi boca. Si paro me pega y…
Empezó a llorar. León jamás había visto a Carlos así. Después de tanto tiempo de estar lejos de él, había olvidado cómo actuaría un padre, pero lo hizo lo mejor que pudo. Pasó el brazo por la espalda de su hijo, intentando reconfortarle. Le abrazó y le dijo:
-Hijo, ¿te acuerdas de cuando estábamos en el Continente? - Carlos afirmó con la cabeza repetidas veces. – De acuerdo…¿te acuerdas de…te acuerdas de Innos? Innos. Es el dios del bien y de la justicia, el que todo lo puede y…
El niño continuó la frase:
-Y todo lo hace. – Sonrió al fin, orgulloso de su memoria.
-Bien.- León también sonrió.-Recuerda lo que decía ese Mago del Fuego. Innos castigará a los malos y ayudará a los buenos. No importa lo gruñón y idiota que sea ese tal Muruk o como se llame, pagará por sus malos actos.-Giñó a su hijo.- Pero tu tienes que hacer las cosas bien. Tienes que trabajar y ser obediente. Ya llegará tu recompensa.
Carlos cogió la mano de su padre y la estriñó. Al final, susurró:
-Yo quiero luchar contra los malos, papá.
León sonrió, recordando.
-Ya nos vengaremos, hijo. Algún día, no te preocupes.
En aquél instante, se volvieron a abrazar. Se habían necesitado el uno al otro mucho tiempo, que ahora querían recuperar.
Sin embargo, algo ocurrió en aquél instante: la puerta del cobertizo se abrió, y un orco entró por ella. Era Muruk, enfurecido.
Saltó encima de León, entró y le apartó de un empujón. Cogió al niño bruscamente, y empezó a pegarlo en la espalda. El pequeño gritaba e intentaba huir, pero no podía. Muruk le agarró una última vez, lo puso en brazos y gritando que no volvería a escaquearse jamás, lo lanzó campo a través. No se distinguía nada más que una diminuta bola sangrienta. No estaba muerto, pero poco le había faltado.
Los dos recordarían ese día de una forma terrible. Lo único que podía hacer León era recordar lo que le había dicho a su hijo aquél mismo día:
Ya nos vengaremos, hijo. Algún día, no te preocupes.
Esas palabras, que su hijo apenas recordaba después de los hechos, si que los recordaría su padre. No quería ser un cobarde. No ahora que tenía familia: debía cumplir su palabra.
León, después de meditarlo varios días, se presentó ante Nimzo con determinación:
-Amigo, - le dijo.- espero que no te tomes a mal esta noticia. He estado muchos días pensando en la mejor opción, y finalmente he llegado a una conclusión…quiero la libertad.
Nimzo iba asimilando las palabras del humano poco a poco, intentando entender lo que decía. León prosiguió:
-Quiero la libertad. Para mí, y para mi familia. No puedo ser cobarde, eso ya se acabó. Ahora es irme, o luchar.
Nimzo estaba completamente serio.
-¿Y qué quieres de mí? No puedo liberar a ningún esclavo. Va contra las reglas, tú mismo lo sabes.
-Entonces, debes encontrar la manera de que podamos huir. Te lo suplico, compañero, no podemos seguir aquí en esta situación. Por favor.
El orco se rascó la frente, meditabundo.
-Os mandaré en el siguiente carro de mercaderías, habrá sitio para todos.-Sonrió al fin.-Sí, eso es. Un solo soldado custodiará el envío, seguro que podréis escapar.
León no se podía creer lo que oía. ¡Al fin, libre!
Abrazó a su gran amigo orco, el mejor amigo que había tenido, sonriente. Fue un largo abrazo, pues su amistad era muy intensa. Con el tiempo habían llegado a ser buenos compañeros.
-Pero claro, -Dijo Nimzo en ese momento.-Si te quieres quedar, oye…¡no te diré que no!
Juntos rieron, por última vez.
La mañana siguiente, León y su familia eran libres, viviendo en el bosque. Se construyeron una cabaña y se las apañaron para sobrevivir tanto como pudieron. Estuvieron un mes en paz y tranquilidad.
Lo habían conseguido. ¿O no?
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 26 Nov 2011, 18:24

Me gustó mucho,, sobre todo las moralejas innostianas xDD
Algo gordo va a pasar, eso seguro, esto no acabará con todos felices y comiendo perdices, seguro jajajaj
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 EmptySáb 26 Nov 2011, 23:00

Me gustó mucho el capitulo, con el padre, y el hijo, y eso. Pero no se como a Leon no se le habia ocurrido, cuando entro Muruk y tiro a su hijo, cojer lo primero que pille y estamparselo en la cabeza. Bueno, digo lo mismo que psico, algo gordo va a pasar....
Un saludo.
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MensajeTema: Re: Una historia orca   Una historia orca - Página 2 Empty

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