Gothic Clan La gran comunidad hispana de amantes de la saga Gothic y Risen. |
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| Una historia orca | |
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+3Dulcepsicópata Umbekant MercenarioOrco 7 participantes | |
Autor | Mensaje |
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MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Una historia orca Dom 23 Oct 2011, 20:18 | |
| Este es mi relato, todo esto sucede cuando el héroe de G2 se carga a Hosh-Pak, el maestro de nuestro amigo orco Ur-shak. Urshak es un chamán que quería reunirse con Hosh para negociar y volver a ser alguien entre los orcos, pero al llegar se encuentra con que está muerto. Entonces se enfada mucho con el héroe, que se va. WARNING: HISTORIA ORCA CAPÍTULO 1: LUCHA"El extranjero mató a mi maestro. Hosh-pak ha muerto. ¿Qué demonios hago yo ahora?" Ur-shak miró enfrente de él. Estaba furioso. Desde la colina se veía el Valle de las Minas. ¡Cuántas cosas había vivido allí! Amistad, traición, esperanza, incertidumbre…Pero nada bueno, al final de todo. El castillo de los paladines, vestigio de una antigua gloria, ahora estaba medio derrocado, a pedazos. Sentía los gritos de sus hermanos, sedientos de sangre, sitiando la fortaleza fuera de las murallas. Aquellos, más bien, no eran sus hermanos. Tiempo atrás desterrado, ahora decepcionado por la humanidad. ¿Es que realmente existe algo bueno? ¿Acaso era mejor la ignorancia y la brutalidad de su raza a la prepotencia y la vanidad humanas? La verdad, ya daba igual. Se arrodilló y cogió algo de arena. Hizo un dibujo suyo. Se le daba bien dibujar. < > Escribió en el suelo. Cogió aire y se dirigió hacia Gurud, uno de sus dos guardaespaldas. -Vámonos de aquí, tengo hambre.- Gurud se rascó la cabeza. Ciertamente ese chamán le tenía harto, pero debía obedecer. Le había jurado honor. -Que vamos a hacer ahora, sacerdote de Beliar?- Le dijo. Si de verdad iban a comer algo, quería asegurarse de ello. -Ya te lo he dicho, nos vamos, amigo. No hay nada interesante por aquí… Con suerte hoy cazaremos algún carroñero. -Claro- Como si tú fueras a cazar, pensó.- A ver si hay suerte… Anduvieron largamente. Con los dos guardaespaldas al frente, Ur-shak meditaba de camino al bosque. Debería renunciar finalmente a volver a ser aceptado entre los suyos. Algo haría con su vida, pensó. Pensando en esto y aquello, de repente se escuchó un estruendo. Un ruido fugaz estalló cerca de los orcos. Nimzo, el hermano menor de Gurud, y segundo protector del chamán, fue el primero en reaccionar. -Morras!-Gritó. Un segundo dardo se clavó en un árbol cercano. Como uno solo, el pequeño grupo sacó sus armas. Ur-shak rezó alzando la vista al cielo, y, acto seguido, lanzo su pequeña porra al aire. Había dos caballeros, uno con ballesta y otro espada en mano. Había lanzado su arma hacia el paladín ballestero, que la esquivó. Salvó la vida, claro, pero solo un instante. Gurud le atravesó de arriba abajo con su pesada hacha, y, dándose cuenta de su pequeña victoria, se dispuso a lanzarse hacia el otro Guerrero de Innos. Sin embargo, algo lo impidió: su arma se había quedado atascada en el cuerpo muerto bajo sus pies. El paladín restante acometió contra él velozmente, rebanándole la oreja. Una ola de sangre cayó sobre todos. Gurud había tenido mucha suerte, y por eso mismo dejó su arma clavada en el paladín inerte y se lanzó a la fuga, siendo relevado por su hermano, que fácilmente atravesó el pecho del oponente y lo remató tres veces seguidas. Aún iba a por la cuarta cuando una enorme luz se puso delante de los ojos de todos. -Que Beliar os acompañe, hermanos orcos. Una sombra escondida entre los árboles se acercó. Llevaba un gran medallón en la espalda y tenía una gran cicatriz surcándole la cara. Tenía una antorcha, pues durante la pelea el sol se había puesto. Era Nimrod, el guerrero del inframundo, cualquier seguidor de Beliar lo sabría. No eran más que rumores, pero se decía que salía del mismísimo infierno, de los hornos de Beliar, para conquistar el Valle de las Minas. -Os habéis cargado toda la diversión de hoy, inútiles! Los habíamos liberado del campamento para ver quién los cazaba antes...- Sacó aire. –En fin… que se la va a hacer…- Se acercó a Ur-shak, ignorando totalmente a los dos guardaespaldas. –¿Hijo de espíritu, de que huyes tu? Se nota que venís de lejos, compañeros orcos. Pero estáis de suerte, hoy os voy a llevar a MI CASA. -¿Tu casa, vieja gloria? Conozco tus hazañas. –Dijo el chamán.-Tú moriste hace doscientos años en la batalla de Varant. Tu YA estás muerto! -ajajaj…-Rió felizmente-Entonces dime, ¿cómo es que te estoy hablando? ¡Estoy enfrente de ti, soy Nimrod, el gran general! Tú mismo lo has sabido sin ni siquiera preguntarme el nombre, y, sin embargo, me llamas vieja gloria. ¿Tienes resentimiento hacia tu propia raza, chamán? Entonces el general se acercó a Ur-shak, tanto que podía oler el azufre de su alma. -¿Cuál es tu nombre?-le preguntó. -shak.-Respondió Ur-shak, sin osar mencionarse a sí mismo como a un chamán. -Ur-shak, entonces? Te llevaré a mi aldea, detrás de la barrera orca, y tú me ayudarás a adoctrinar a los nuestros. Sin decir más palabras, general y sacerdote siguieron el camino hacia la aldea. Los dos guardaespaldas, Gurud y Nimzo, se quedaron allí un rato, intercambiando miradas entre ellos, desconcertados sobre lo ocurrido. Finalmente Nimzo rompió el silencio: -Te he salvado el culo contra esos paladines, ¿eh hermano? -Dijo riéndose. -A ver si te lo reviento, pequeño…-Dijo Gurud, siempre malhumorado.-Venga, vamos, hoy vamos a cenar algo. -¿Y qué hacemos con tu oreja, hermano? ¿La dejamos aquí, en serio? -¿Que quieres, que me la implanten? Llevaré la cicatriz para siempre, como recuerdo de mi deshonor. -Claro, si ésa es tu voluntad…En fin, los importantes nos dejan atrás. Vayamos. -Sí. Dejaron la oreja de Gurud en el suelo y siguieron a Ur-Shak y Nimrod, haciendo camino a esa aldea misteriosa.
CAPÍTULO 2. VIDA EN SUCIEDAD. DIA DE NIMZO.
Finalmente, los orcos llegaron al campamento mencionado por el general. Gurud ya era capaz de oler el estofado desde una legua de distancia, así que le frustró mucho que Nimrod les hiciese parar antes de pasar por la puerta principal. -Bien. Como podéis ver claramente, detrás de mí se encuentra nuestro principal refugio en el Valle, y se llama así, Refugio. –Dijo el general.- Aquí es dónde tomamos decisiones, nos reunimos, hacemos vida en sociedad y nos entrenamos para nuestra misión: la muerte de todos los humanos. Así lo ordena nuestro señor y así se hará. Juro que así se hará.-Todos callaron.- Bueno, supongo que querréis saber algo de este sitio, y me parecéis bastante acojonados como para hacer preguntas…De acuerdo, hablaré yo solo, que remedio. Una vez crucéis éste umbral, ya seréis de los nuestros. Miembros del ejército orco. Y como a ello, trabajaréis y moriréis, solo si hace falta; por nuestra causa. A cambio, os llevaréis honor y gloria entre nuestra propia raza, comida diaria y armas y entrenamiento. Oh, y claro, la gratitud de Beliar. Venga, pasad adentro, ratas. Gurud entró sin contemplaciones. Tenía un hambre atroz. Su hermano Nimzo también la tenía, pero éste era más inteligente. Él y Ur-shak no se movieron ni un ápice. -¿Que debemos hacer una vez entremos?- Exclamó el chamán. -Queremos serviros- concluyó Nimzo. Nimrod los miró, reflexivo. -De acuerdo. Chaval – Gritó refiriéndose a Nimzo – Vete ya a la herrería. Que te equipen. – Movió la cabeza hacia Ur-shak.- Y tú, sígueme. -Claro. Y entonces sí, se movieron. Chamán y general volvían a irse por su cuenta, y Nimzo se adentró en la aldea. De pequeño, él también vivía en una aldea. Ahora ya tenía veinticinco años (más o menos), pero aun se acordaba de su hogar. Estaba en el Valle. La gente de su pueblo eran orcos poco civilizados, y creían en una deidad nombrada el Durmiente. Nimzo también lo hacía por aquél entonces, hasta que comprendió que la senda era Beliar, claro. Pero esta aldea no tenía nada que ver con lo antes conocido. No había cabañas de madera, ni orcos bailando al ritmo de tambores, ni estandartes tenebrosos. Había una casa enorme, de piedra. Probablemente barracones. Delante suyo, una gran hilera de orcos en formación, delante de los oficiales. El suelo era totalmente pavimentado, y había conductos para el agua, más pequeños edificios, para la gente importante. Una gran avenida se extendía desde la puerta donde estaba hasta lo que parecía un barrio alto, en el que se apreciaban, a la lejanía, poco más que una iglesia y una mansión. En general, era un pueblo muy avanzado arquitecturalmente, casi como una ciudad del Continente. Ésa fue la primera impresión de Nimzo, sin embargo, no veía herrería por ningún sitio, así que, ignorando a los orcos en formación; entró en la gran casa de los barracones. Y sí, había barracones y camas… ¡pero para dormir la siesta después de emborracharse! Una vez en el interior, aquello era, inconfundiblemente, la taberna. Quizás debería darse media vuelta y marcharse, pero las órdenes de Nimrod fueron muy claras, así que se acercó a un orco de la barra e intentó preguntarle dónde estaba la herrería, pero ése le increpó y siguió mirando el fondo del vaso. Vaya, pensó. Todo el mundo estaba demasiado absorto cantando o peleándose como para prestarle atención. Sintió una mano en la espalda. Era humana. -No se asuste señor-dijo el humano- por favor. Nimzo estaba de piedra. ¿Qué demonios hacía un humano allí? Y encima le estaba hablando, y la gente no hacía nada. ¿Qué significaba eso? Parecía un tipo muy debilucho, la verdad. Solo llevaba un viejo taparrabos en la cadera, y era calvo. Tenía que ser un esclavo a la fuerza. Una vez se le pasó el susto, el orco se apartó y habló: -¿Que hace un morra por aquí? Habla. -Soy sólo un sirviente, mi señor. Hace no más que diez minutos, el señor Nimrod me ha asignado a sus cuidados. Y a los de su hermano, claro, pero no he conseguido localizarle. Perdone si le he sobresaltado, señor. Nimzo lo miró de abajo a arriba. No había tratado nunca con un humano, pero debía acostumbrarse a los nuevos cambios, ya que antes de que Ur-shak se lo llevase de su cueva en medio del bosque, solo había vivido en su viejo pueblo, y aquello estaba apartado de la inteligencia y la nueva mente continentales. Debía adaptarse. -¿Cómo te llamas?-le preguntó. -León, mi señor, pero puede llamarme esclavo. O morra, claro –Intentó sonreír, estaba nervioso.- Ehem…es mi deber mostrarle el pueblo, si le parece. Nimzo asintió. -¿Dónde está la herrería? –le dijo. -Un poco escondida. Está un poco escondida, jeje…ahh, está en la puerta de detrás del bar. Acompáñeme. -No perdamos más el tiempo. Juntos salieron del bar y de sus ruidos. Nimzo aun estaba muy incómodo en compañía del esclavo, pero parecía que éste lo estaba pasando peor. Enseguida vieron el herrero, golpeando el yunque y gritando cada vez que lo hacía. A su lado también había un esclavo. No se había equivocado, entonces era normal tener esclavos humanos, bien. Le dijo a León que se esperara allí, y él, servicial, lo hizo. Habló con el herrero y consiguió una espada orca y una armadura ligerísima, de piel. Los gastos corrían de parte del general Nimrod. El resto del día lo pasó en su cabaña, la cual le enseñó León el esclavo, como todas las partes restantes del pueblo. Era un morra, pero la verdad es que al final le empezó a caer bien. Sin embargo, creía que lo que sentía era pena, o piedad. No había visto su hermano Gurud en todo el día, ni a Ur-shak.
-- En fin, eso es todo por hoy. He puesto dos "capitulos" por hoy, porque son muy cortos, solo los uso para delimitar. Creo que he hecho las historia demasiado rapido y no se entiende demasiado. Enfin
Última edición por MercenarioOrco el Mar 17 Ene 2012, 23:03, editado 3 veces | |
| | | Umbekant Cazadragones
Mensajes : 634 Fecha de inscripción : 30/07/2011 Localización : En la tierra de Ooo. Empleo /Ocio : Nada de nada. Humor : ¡Si lo ves grande! No te asustes. Si te lo meten, solo respira. Y si te duele, soporta... ¡Porque una injeccion puede salvarte la vida!.
| Tema: Re: Una historia orca Dom 23 Oct 2011, 20:30 | |
| Leí el capitulo 1 parece algo interesante. Aunque entre en duda, si a Us-Shak lo desterraron del campamento que adoraba a Krushak. ¿Por que sigue intentando volver a la sociedad si Krushak ya fue eleminado?. | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Dom 23 Oct 2011, 20:33 | |
| hay mas orcos en el valle. Intentara entrar en contacto con ellos ahora que el Durmiente ya no es una barrera entre sus creencias. | |
| | | Dulcepsicópata Paladín
Mensajes : 2149 Fecha de inscripción : 27/01/2011 Localización : África Tropical Empleo /Ocio : Cultivar mientras canto la canción del ColaCao Humor : Harto pésimo
| Tema: Re: Una historia orca Dom 23 Oct 2011, 21:56 | |
| Sinceramente, me ha parecido muy bueno. Ya sabes que yo prefiero siempre a los paladines pero he de reconocer que me ha gustado esa ambientación en la sociedad orca. No parece que te haya surgido así de repente, se nota currada, sobre todo en esas referencias poco conocidas como la Batalla de Varant, Nimrod (un arco en G3), ... Me ha gustado mucho, felicidades | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Lun 24 Oct 2011, 20:19 | |
| pse si, ya bueno, otro capitulo. Aviso que sera un relato cortito, aunque aun no esta acabado. Tengo mas capitulos ya hechos (1) DIA DE GURUDGurud era muy distinto a su hermano Nimzo. Solo tenían en común que eran la escolta del chamán desde hacía unos días ( y que eran familia, claro ). Gurud era un orco muy batallador. Jamás era prudente, no estudiaba sus posibilidades. Se enfrentaba a la muerte sin miedo. Puede ser cualidad o defecto, pero. Nimzo era hábil y prefería, raro entre los de su raza, usar la espada. Sus cortes eran letales, pero también su mente. Bajo la fachada de alguien callado y normal, era un hábil orador y maquinador. En definitiva, eran polos opuestos. Así pues, Gurud había entrado al refugio sin ni pensárselo, y fue directamente a la cabaña en la que había el cocinero. Había una cola enorme, todos delante del caldero, hablando amistosamente. Gurud se puso al final de todos, y éstos callaron. No le importaba: si querían hablar, que hablaran, y si no, pues no; pero él había venido a por un buen caldo con carne asada. La cola iba avanzando rápidamente, como una procesión silenciosa. Cundo llegó el turno de Gurud, se limitó a sacar un bol de las mesas y dárselo al cocinero. El cocinero hizo como si no lo viera, ocupado en su caldero. Estuvieron así un rato. Gurud le habló al fin: -Quiero mi ración de comida. Por eso he venido, no te hagas el ciego, idiota. El cocinero siguió ignorándole unos segundos, hasta que se hartó, y con un gesto de agobio, miró finalmente a los ojos del orco. -Tú no vas a sacar NADA de mí, extranjero. No te voy a alimentar hasta que el mismísimo Nimrod me lo ordene. No tenemos comida para todos nosotros, así que no la tendremos para un par de huéspedes gorrones, ¿lo pillas? Da media vuelta, haz lo que te conviene. Desde luego, Gurud no hizo eso. Tenía una cara inexpresiva, y pese a ello, daba miedo. Puso las manos encima de la barra. -Yo no me voy. Pero tú te irás si no me sirves. -¿Que yo me iré? Ja! Yo no voy a ningún sitio. Venga, no hagas de esto algo que no es… Gurud sacó finalmente el arma. El cocinero sacó la suya. Después de un intercambio de miradas, y de que todos los orcos presentes allí hicieran un círculo a su lado, empezó el combate: Gurud saltó por encima de una mesa, lo que sobresaltó a todos. El cocinero desconocido se acercaba lentamente, protegiéndose con su lanza de un ataque aéreo. Cada segundo que pasaba era un golpe de tensión fatal. El cocinero golpeó una de las patas de la mesa para que cayese, pero eso no sucedía ni después de tres veces. Gurud, aparentemente inmóvil, dio un impresionante pisotón a ésta, que se derrumbó totalmente, y hubo un gran estruendo. Cuando caía, dio una voltereta que le permitió usar el factor sorpresa, y rajó totalmente los pies del enemigo. Éste cayó hacia atrás y Gurud le golpeó con la empuñadura de su hacha, una sola vez, en la cabeza. Sin saber si había muerto o no, guardó el arma en su espalda. El combate había finalizado. Pasando por en medio de todos los orcos, petrificados; cogió el caldero, se sirvió una ración y se sentó en una silla, saboreando el manjar. Al cabo de un rato, los orcos que habían presenciado los hechos cogieron el cuerpo del cocinero, y se lo llevaron. Un chamán los acompañó, así que Gurud dio por descontado que lo había matado. No hay problema, pensó; si se quejan, los mato a todos. Cuando acabó de comer, se dispuso a buscar a su hermano. Sin embargo, había un orco esperándole enfrente suyo: -Vaya vaya… ¿tú eres el alborotador, verdad? –dijo éste. Parecía un tipo fuerte, y llevaba la armadura de la élite. Tenía un rostro estricto pero afable, aunque Gurud solo se fijó en que le estaba barrando el paso. -A veces me llaman así, la verdad –dijo Gurud.- también me llaman Gurud ¿Y quién quiere saberlo? El desconocido rió. -Mi nombre es Thorlan, y soy el maestro de la Arena aquí, en Refugio. -Pues me parece muy bien, la verdad. Pero escucha, se hará de noche y necesito un sitio donde dormir, y si no quieres hacerle compañía a mi difunto amigo, será mejor que te apartes. -No, no, espera a que acabe de hablar, amigo. Quiero ofrecerte un trabajo. –Gurud empezó a prestar atención, al fin.-Y es un trabajo que te va a gustar, sin duda. ¿Has pensado en luchar por algo más que un caldo mugriento? -Hablas mucho, pero te sigo. Quieres que luche en la arena. -Chico listo, eso es lo que quiero. Creo que tienes mucho talento, y puedes llegar ser uno de mis mejores hombres. Yo mismo te adiestraré si lo quieres… Lucharas por dinero y fama, claro. ¿Qué te parece, estas dentro? -Por qué no. ¿Dónde está esa arena tuya? -En el barrio alto, por eso no la habrás visto antes. Pásate por la mañana, entonces lucharás. Ah, y en cuanto a lo de un sitio donde dormir…Seguro que puedes quedarte la cabaña del cocinero, aunque Nimrod te habrá asignado alguna choza. En fin, encantado de conocerte, hum…Gurud, ¿verdad? -Eso es. Igualmente te digo, Thorlan. Me verás machacando idiotas. Y el maestro de la arena siguió su camino. Gurud estaba bastante contento: Había comido y peleado, y conseguido trabajo por ello. No podía ser mejor, o eso pensaba. En llegar a su futura cabaña (la del pobre difunto), encontró comida por todas partes. Durmió el resto del día, sin ni acordarse de su hermano Nimzo. | |
| | | Adanos93 Mago del fuego
Mensajes : 409 Fecha de inscripción : 13/08/2011 Localización : En un bosque de Myrtana Empleo /Ocio : Servir a Adanos Humor : Raro
| Tema: Re: Una historia orca Lun 24 Oct 2011, 21:08 | |
| Me gustaron mucho los 3 capitulos. A ver que le pasa al Leon. Sigue asi, a ver que pasa al final............. Un saludo. | |
| | | Taokanimemetal Magnate del Mineral
Mensajes : 1541 Fecha de inscripción : 15/07/2011 Localización : Valle de las minas Empleo /Ocio : Mercenario al servicio de Lord Money Humor : Poderoso caballero es Don Dinero
| Tema: Re: Una historia orca Mar 25 Oct 2011, 18:17 | |
| Esta genial. Mola mucho, ademas de ser original. Creo que nadie ha escrito una historia Orca. Sigue así | |
| | | Dulcepsicópata Paladín
Mensajes : 2149 Fecha de inscripción : 27/01/2011 Localización : África Tropical Empleo /Ocio : Cultivar mientras canto la canción del ColaCao Humor : Harto pésimo
| Tema: Re: Una historia orca Mar 25 Oct 2011, 21:40 | |
| Va mejorando!! Muy interesante la historia y la dualidad de los hermanos, Mercenario Espero el siguiente capítulo
PD: por cierto, después de tantos relatos nuevos creo que ya toca que saque yo uno nuevo y os haga competencia(sólo para joderos xDDDD). Aunque a este ritmo el listón va a estar altísimo. | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 29 Oct 2011, 10:46 | |
| Como ireis viendo, mi historia intenta desvelar algunos interrogantes del juego Gothic. Aqui lo vereis, y aun hay teorias mucho mas interesantes:
DIA DE UR-SHAK
Recordemos que el chamán Ur-shak había llegado a la aldea orca llamada Refugio con un par de guardaespaldas, Gurud y Nimzo, y con el líder de la aldea, el General Nimrod. En llegar se separaron, y el chamán y el general fueron juntos. Nimrod le llevó al barrio alto, sin decir una palabra. Finalmente se detuvieron en una gran plaza delante de lo que parecía un Iglesia, y entonces hablaron. -Bien, Ur-shak, tienes deberes que cumplir, y son importantes. Para ello, debes hablar con el líder de la orden religiosa local. Él es hijo de espíritu, como tú, compañero. -Muy bien, supongo que lo encontraré dentro de la Iglesia. Gracias, señor. -Sí, sí, de nada. En fin, desaparece, tengo que irme a gobernar este nido de ratas. -Sí señor. Adiós señor. Apenas dijo eso que Nimrod ya estaba de camino al Ayuntamiento. El corazón de Ur-shak palpitaba de emoción. ¡Había una orden religiosa en Refugio! Aquello significaba que quizás consiguiera volver a ser alguien entre los de su raza…Debía intentarlo. Se serenó y cruzó la plaza, a paso solemne. Le llamó bastante la atención el ambiente sobrio del sitio. Sólo había por allí una decena de orcos, todos ocupados en sus asuntos, y algunos haciendo negocios. Lo que más vio fueron esclavos, sin duda. Aquello le recordó al aventurero sin nombre que una vez le salvó de su propia gente…Pero eso es otra historia. Vio la Iglesia, alta y majestuosa. Estaba muy bien decorada; de hecho, se podría decir que era el edificio más bonito que había visto desde que había entrado. Había un montón de gárgolas colgando de las paredes, y dos campanarios que se alzaban hasta el cielo. Era muy ostentosa en comparación con las barracas de los guerreros o del mismísimo ayuntamiento. En aquel momento, se preguntó porque no había ningún tipo de Castillo por allí. Supuso que ningún humano se atrevería a cruzar la barrera orca. Bien, entró en la Iglesia. Miró a lado y lado. Nadie. Siguió andando, y se dio cuenta de que había una pequeña puerta en el fondo de todo. Estaba abierta. Pasó por ella, y de repente, escuchó multitud de voces. Hablaban un idioma extraño, pero al mismo tiempo, le parecía conocerlo. El Idioma Oscuro, el idioma de Beliar. Todo eran sombras. Todo se volvió negro de repente, hasta que una luz roja brilló, y se escuchó un largo grito, agónico, humano. La luz volvió a la estancia, y unas figuras vestidas de blanco se giraron hacia él, que estaba atónito. Uno de los monjes se acercó. Se quitó la capucha y mostró un rostro negro y temible, y unos ojos rojizos inyectados de sangre. -Un extranjero. He sentido tu llegada, chamán exiliado. Mi nombre es Garak-saang, pero me llaman Saang a secas. Sin embargo, no importa mi nombre, ni siquiera el tuyo; hay algo más importante que todo eso: el tiempo. El tiempo que corre libre a cada instante; y es principio, presente y final. En nuestro caso, es final. No tenemos tiempo, debo explicártelo todo. Sígueme. El monje orco se dio media vuelta, pasando por en medio de todos sus hermanos, y se paró delante de un extraño altar. Ur-shak le siguió, servicial. Entonces, Saang dijo: -Mira detrás de mí. Lo hizo. Había ese extraño altar, pero también otra cosa en la que no se había fijado. Un hombre estaba tumbado encima de él, y estaba vestido con lo que se llama Capa Oscura, o capa de Buscador. -¿Qué es esto? –Preguntó el protagonista, señalando al cuerpo del altar. -Esto, recién llegado, -dijo Saang- no es nada más que nuestra última creación. Debajo de esa túnica hay un humano, que despertará en un rato; al que acabamos de poseer con los poderes de Beliar. El mal fluye ahora por sus venas, y antes no era nada más que un esclavo enclenque. A partir de ahora, lo llamaremos Buscador, como a nuestras otras creaciones, y su misión será encontrar al elegido de Adanos y claro, matarlo. Ur-shak se quedó meditabundo. -¿A dónde quiere llegar, sacerdote? -Eso es más fácil de explicar. Tú tienes poderes espirituales muy importantes, y, sobretodo, desconocidos para nosotros. Todos los chamanes y monjes que veas aquí vienen del continente, y conocen la magia antigua, algo que es inconcebible para alguien como tú. Tú naciste en el Valle de las Minas. Usas runas. Has estudiado de manera muy distinta el poder de la Magia, es por eso que te necesitamos. -¿Para hacer rituales? -Exactamente. Necesitamos toda la ayuda posible. El mismísimo Señor de Irdorath nos mandó a crear un ser invencible para acabar con el enemigo, pero solo hemos sido capaces de crear un ejército innombrable de Buscadores. Es una frustración. -No veo porque debería ser mi poder más importante que el de cualquiera de los aquí presentes.-Exclamó Ur-shak.-Sin embargo, os ayudaré a crear esa súper bestia, no tengo nada mejor que hacer. Saang sonrió. -Eso me alegra, HERMANO. En unos días, serás uno de los nuestros, con nuestras ropas e indumentarias. Pero debo acabar de explicártelo todo, para evitar preguntas futuras. Debes saber que todos estos humanos que convertimos fueron encontrados aquí en el Valle. Pertenecían a un sitio llamado…La Secta, creo. Creían en el Durmiente o Krushak, un archidemonio. También se crean Buscadores en un lugar llamado los Salones de Irdorath, donde está nuestro gran líder, el Señor de los Dragones. Bien, eso es todo por hoy, puedes retirarte, compañero, mañana hablaremos de tu trabajo aquí. Ve a ver a Ilden, te dará una de nuestras túnicas. Que Beliar te lleve. -Sí señor. Me retiro. Ur-shak buscó a ese tal Ilden y consiguió una túnica. Luego, fue a dormir en las camas de la Iglesia. Había sido una reunión un tanto extraña. Él solo se esperaba ver a unos monjes inocentones que conrearan vegetales en el huerto. En cambio, se había encontrado con gente realmente cruel, que convertía humanos esclavos en fanáticos poseídos por Beliar, que no descansarán hasta matar al elegido de los dioses, la única amenaza para el Mal. En fin, no tenía opción. Los ayudaría.
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| | | Adanos93 Mago del fuego
Mensajes : 409 Fecha de inscripción : 13/08/2011 Localización : En un bosque de Myrtana Empleo /Ocio : Servir a Adanos Humor : Raro
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 29 Oct 2011, 11:10 | |
| Me ha gustado mucho, es como la hisoria del G II pero contandola en el lado de los seguidores de Beliar.... Sigue asi, pero intenta hacer que no muera el HSN. | |
| | | Dulcepsicópata Paladín
Mensajes : 2149 Fecha de inscripción : 27/01/2011 Localización : África Tropical Empleo /Ocio : Cultivar mientras canto la canción del ColaCao Humor : Harto pésimo
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 29 Oct 2011, 13:24 | |
| Bravo mercenario cada vez me gusta más. Es cierto que vas hilando cosas respecto de la historia de Gothic... sigue así, que mola cantidad
PD: Lo único, me pareció un poco extraño que a los orcos les haya dado tiempo en unas pocas semanas a construir una iglesia tan grande. | |
| | | Adanos93 Mago del fuego
Mensajes : 409 Fecha de inscripción : 13/08/2011 Localización : En un bosque de Myrtana Empleo /Ocio : Servir a Adanos Humor : Raro
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 29 Oct 2011, 14:45 | |
| Me gusta muchisimo la historia, pero, me acabo de dar cuenta, c¿como sabian los orcos que el HSN es el avatar de Adanos,? porque que yo sepa, ellos(los Beliarianos) creian que era el de Innos.... - dulcepsicopata escribió:
- Bravo mercenario cada vez me gusta más. Es cierto que vas hilando cosas respecto de la historia de Gothic... sigue así, que mola cantidad
PD: Lo único, me pareció un poco extraño que a los orcos les haya dado tiempo en unas pocas semanas a construir una iglesia tan grande. Psicopata, lo construyeron tan rapido porque son chamanes, igual que Xardas, que invocabw esqueletos...... | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 29 Oct 2011, 16:42 | |
| no te falta razon, Adanos, sin embargo, como dice en el relato, el Señor de los dragones les mandó a los monjes esa misión, y él sí que sabe quién es el avatar de Adanos. Igualmente da igual, es un pequeño dato insignificante, podria editarlo y ya esta | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Lun 31 Oct 2011, 21:37 | |
| Hay va otra perla de sabiduría: ASCENSOGurud se levantó, perezoso. Había tenido una noche muy agradable y apacible, sin ser molestado; durmió de un tirón. Sin embargo, lo difícil estaba por venir: tocaba levantarse. Así lo hizo, como un viejo zombi, se incorporó y abrió los ojos. Por un instante, le parecía que delante suyo volvía a ver la pared de la cueva en la que había pasado los días con su hermano antes de encontrar a Ur-shak, pero no, estaba en Refugio, claro. Cogió su arma sin esfuerzo y salió de la cabaña. Lo que vio entonces le pareció increíble: Un verdadero desfiladero de orcos subía desde el pueblo para ir al barrio alto. Gurud siguió la hilera unos segundos, pero luego le preguntó al guerrero de detrás suyo: -Oye, amigo, ¿adónde se dirige este grupo? Éste lo miró como si bajase de las nubes. -Al barrio alto, como ves. Vamos a la arena de combate, dicen que hoy hay un novato al que van a machacar. Gurud alucinó en oír eso. ¡La arena! Ya no se acordaba, tenía que ir y pelear por primera vez, como le había prometido a Thorlan. Pasó por en medio de la multitud rápidamente, excusándose de vez en cuánto con algún: “perdón” o “paso…” y finalmente llegó. Había un enorme agujero en el suelo. Esa hondonada de piedra era la arena en la que pelearía. Thorlan, maestro de la arena, estaba encima de una pequeñísima tarima, escrudiñando los rostros de los que iban llegando, para encontrar al de Gurud. Cuando por fin lo hizo, lo llamó con la mano, y éste se acercó. Thorlan, discretamente, le dijo: -Vaya, por fin llegas, amigo. Más te vale llegar tarde porque hayas estado entrenando, porque no te va a tocar un rival fácil, te lo aseguro. Pese a ser tu primer combate, parece que hay algún que otro guerrero que quiere vengar al cocinero que mataste. Vete ya mismo a la arena, tu rival es esa mole que está en medio de ella. -De acuerdo, ya voy, ya voy. Gurud no estaba nervioso. Con toda la tranquilidad de la que dispuso, se puso en medio del círculo de lucha y sacó el arma, reluciente a la luz del sol. Esa hacha nunca le había fallado. Su rival era un tipo enorme. Se miraron el uno al otro, con expresión neutral. Thorlan, aún encima de la plataforma de madera en la que estaba, llamó la atención de todos con sus palabras: -¡Hermanos orcos, hijos de Beliar! –Hizo una pausa y miró al público.-Todos queréis ver sangre, por eso estáis aquí, como siempre. Hoy tenemos un combate interesante: Hislow, uno de nuestros guerreros, veterano de el combate en esta aldea, contra el misterioso extranjero recién llegado que todos conocéis por sus actos alborotadores. Sin más dilación, aquí tenéis lo que queréis. ¡Que empiece el combate! Los orcos gritaron entusiasmados, incluso Nimzo, el hermano de Gurud, que estaba entre el público. Gurud, abajo del todo, en ese agujero al que allí llamaban arena, no oía casi nada de aquello. Pero supo que el combate había comenzado, así que, hacha en mano, se acercó al enemigo, ese tal Hislow. Entró con un movimiento circular, balanceando todo su cuerpo contra el arma, hasta que tocó a su enemigo, que bloqueó hábilmente el ataque y además se tiró hacía atrás al momento y acometió como a respuesta. Gurud también supo defenderse, y los dos se apartaron de nuevo el uno del otro, dejándose distancia y segundos. Gurud volvió a tomar la iniciativa, esta vez cortando hábilmente el aire con ataques rápidos, intentando acertar en el cuello del oponente. Hislow corrió lateralmente y se agachó, evitando ser atacado. Gurud levantó entonces el hacha, con la intención de dar un ataque de arriba abajo encima del oponente. Milagrosamente, éste lo evitó y aprovechó para hacerle un corte en el brazo; aunque esa fue su perdición, ya que, a tan corta distancia, Gurud le dio una patada y le tiró al suelo. Entonces, le hizo un gran corte en la barriga, de tal modo que no se levantaría en un rato. Ése fue el sencillo final a la lucha. Los espectadores, exultantes, aplaudieron y dejaron espacio al campeón para que saliera del lugar de los hechos, recibiéndolo con alegría y un nuevo respeto. Gurud habló un rato con Thorlan y luego, cuando la gente fue dejando el sitio, habló con Nimzo. El hermano menor, que lo había visto todo, le dijo: -¿Ya empiezas, eh, hermano? A este paso no llegarás a la vejez.-Sonrió. -Bah…- Dijo el luchador - No quiero vivir largo sino bien. Además, he luchado fantásticamente, solo me he hecho un rasguño en el brazo. Es algo insignificante. -La verdad, lo hiciste bien, te felicito. ¿Y vas a seguir luchando? -Ya lo creo. – Aseguró Gurud. –Ahora mismo Thorlan me acaba de decir que me pagará 1000 monedas de oro por combate, jeje… ¿Y has visto como me alababan esos idiotas después del combate? Podría acostumbrarme a ello. -Como quieras, tío. Yo me voy, hay trabajo que hacer, Nimrod me ha llamado. Y Nimzo se fue, dejando allí a Gurud y a su hacha. Era cierto que Nimrod le había llamado, y fuese lo que fuese lo que quería, iría y lo averiguaría. Así que fue hacia el barrio alto, sin prisas. Nimrod lo esperaba en la entrada del ayuntamiento, impaciente. -Has tardado mucho, hermano orco. Venga, pasa adentro, quiero hablar contigo. Los dos orcos entraron en el edificio y fueron a una pequeña sala muy apartada, dónde sólo había un par de butacones. -Siéntate.-Dijo el general, y así lo hizo.-Tenemos que hablar, extranjero. Ayer, cuando nos conocimos, tú me pareciste el más centrado de los dos guardaespaldas de Ur-shak: Mientras el otro entró sin ni pensárselo, tú te quedaste en la entrada sabiamente. Ese pequeño detalle me gustó. Nimzo guardó silencio y miró al general a los ojos. No le parecía un tipo sincero, pero debía decirle a todo que sí. Nimrod volvió a hablar: -¿Cuál es tu nombre, joven? -Nimzo. Así me llaman, el otro guardaespaldas es mi hermano, Gurud. -Interesante…asumo que eres el hermano listo, entonces. Pero da igual, dejemos las trivialidades aparte. Te he llamado aquí, recién llegado; para que me contestes unas simples preguntas. Es un cuestionario que a mí no me importa en absoluto, créeme, pero a esos monjes les preocupa la ideología de los aldeanos. -Lo entiendo perfectamente, puedes preguntar lo que quieras. –Sin embargo, las palabras de Nimzo contradecían su pensamiento, pues no creía nada de las palabras que decía el general. Nimrod debía de tener algo personal en ese asunto, lo veía en su mirada, y además; no parecía que llamase para hablar a todos los habitantes, así como no lo haría el mismo. Algo olía mal en ese asunto. -Bien, -exclamó el líder- ahí van las preguntas, y no mientas. La primera es esta: ¿Te gusta la lucha? Nimzo se quedó algo impresionado. No esperaba ese tipo de cuestiones, tan sencillas. -Sí, claro. –Ya había mentido. Nimzo, a diferencia de Gurud, intentaba siempre alejarse del combate físico. -Segunda pregunta, amigo: ¿Te sientes ligado al ejército orco? Nimzo reflexionó en su respuesta. Parecía que el general estaba interesado en asuntos de guerra o lucha. Si después del cuestionario le iba a pedir algún tipo de misión asesina, la denegaría. Pero prefería contestar mal a las preguntas, para que no le escogiera. -No, la verdad, nunca me he unido a él. Tampoco QUIERO hacerlo. Nimrod se decepcionó con esa respuesta, pero continuó como si nada: -¿Matarías, traicionarías o robarías si tus superiores te lo pidieran? Entonces el protagonista sí que se quedó pasmado. Volvió a meditar, y le dijo al líder: -Hay una cosa por encima de los deseos orcos. Las leyes divinas. -Bueno… -dijo el General - Tienes razón. Entonces se callaron los dos unos instantes, siendo Nimrod quien hablase de nuevo, aunque esta vez, con una cálida sonrisa en la cara. -Bien, se nota que eres un buen orco. Que Beliar te tenga en su gloria, le comentaré tus respuestas a los monjes, tenlo por seguro. Puedes retirarte. -Adiós, maestro moralizador. –Se despidió Nimzo, burlándose sutilmente. Dejó el edificio algo mareado. No le gustaba nada ese asunto, el líder de Refugio quería algo de él, y nada bueno, por lo visto en la última pregunta que le hizo. Pero eso ya daba igual, a partir de aquél momento, ambos tendrían en cuenta que uno no podía contar con el otro. Nimzo se serenó y dio un paseo por el distrito rico. Allí mismo vio a León, su esclavo. Llevaba un libro con él. -¡León!-Gritó el orco. -¿Maestro, como se encuentra hoy, señor? -Bien, bien… ¿Qué haces aquí, qué se te ha perdido en este lugar, esclavo? -Disculpe señor, pero uno de los comerciantes me ha pedido un favor, aunque no puedo contarle nada a nadie, vete a saber el porqué. Si le dicen algo, yo no he dicho nada. En fin, señor, nos vemos más tarde… León hizo el gesto de irse, pero Nimzo aún lo retuvo con la mano. -No vayas a ningún lugar, amigo. Déjame ver este libro, algo me huele a trapicheo. El esclavo se lo dio y el orco lo ojeó, meticuloso. Parecía un libro de cuentas: trataba de los esclavos, de armas, comida…Pero Nimzo observó algo más: Las cuentas de la página final no cuadraban con el resto. Parecía algún tipo de estafa, por eso solo el comerciante tenía ese ejemplar. -León –Dijo de inmediato.-Me quedaré este libro un tiempo.-Lo apretó contra su pecho.- Y gracias. Esclavo y orco guardaron silencio y se fueron a la cabaña y a la choza, respectivamente. Pronto las cosas cambiarían.
Última edición por MercenarioOrco el Mar 01 Nov 2011, 01:09, editado 1 vez | |
| | | Adanos93 Mago del fuego
Mensajes : 409 Fecha de inscripción : 13/08/2011 Localización : En un bosque de Myrtana Empleo /Ocio : Servir a Adanos Humor : Raro
| Tema: Re: Una historia orca Lun 31 Oct 2011, 21:59 | |
| Muy bueno, felicitaciones mias. Me has dejado con la duda, ¿que pasara? no lo se, veanlo de el proximo capitulo(siempre he querido decir eso xD )sigue asi. Un saludo. | |
| | | Dulcepsicópata Paladín
Mensajes : 2149 Fecha de inscripción : 27/01/2011 Localización : África Tropical Empleo /Ocio : Cultivar mientras canto la canción del ColaCao Humor : Harto pésimo
| Tema: Re: Una historia orca Lun 31 Oct 2011, 22:47 | |
| En serio,, me gusta mucho tu relato la escena de acción está increíble y el desarrollo parece prometedor Continúala!! PD: Me ha parecido que hay dos "erratas", podrían llamarse al final del combate pone "para que saliera del luchar de los hechos" luchar???¿ En la tercera pregunta que le plantea Nimrod: "Hay una cosa por encima de los deseos humanos. Las leyes divinas." en todo caso deseos orcos,no? xDD | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| | | | Taokanimemetal Magnate del Mineral
Mensajes : 1541 Fecha de inscripción : 15/07/2011 Localización : Valle de las minas Empleo /Ocio : Mercenario al servicio de Lord Money Humor : Poderoso caballero es Don Dinero
| Tema: Re: Una historia orca Mar 08 Nov 2011, 23:15 | |
| Madre mía, esta historia es la ostia. Tengo curiosidad por saber lo que pasa | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Mar 08 Nov 2011, 23:29 | |
| pues creo que no le queda mucho para acabar, para alivio mío tu comentario me hace pensar en que tengo un capitulo nuevo, que muestra COMO cambian las cosas ( y es un poco corto, porque es aclaratorio) . Y tengo otro capitulo con la aparición de un personaje famoso del Gothic. Y ahí lo dejo, os gustará, ese. EL COMIENZOGurud gritó ferozmente, como una bestia aterradora. Alzó el hacha y los espectadores gritaron, entusiasmados. Escupió en su oponente abatido y se guardó el arma. Se acercó a Thorlan, con la adrenalina aún en el cuerpo. Éste no le dijo nada aparte de “eres el nuevo campeón”. Gurud, feliz después de ocho combates para alzarse con el título, se dispuso a ir hacia su cabaña. Cuando llegó allí, el general Nimrod le estaba esperando, con una sonrisa en la cara, similar a la suya. -¡Vaya, vaya, mira quién llega, el nuevo campeón de la arena de Refugio! Jaja…muy bien hecho, guerrero, es un gran honor. -Señor - Dijo Gurud, casi reverencial.- ¿Que le lleva a visitarme? -Bueno, hay diversos motivos. Uno de ellos, es que te he estado viendo en todas esas luchas, esperando, finalmente, a que ganases el mayor de los honores. Eso me llena de satisfacción. Gurud entró en la cabaña, pasando por el lado del general, y se sentó en una silla. Nimrod se quedó de pie. -Tengo que hacerte un par de preguntas, amigo. –Dijo entonces. –Y no me andaré con rodeos. Contesta con sinceridad. -Claro, maestro. -Bien. La naturaleza de esas preguntas no es de tu interés. Empecemos: ¿Te gusta la lucha? La respuesta en este caso es muy obvia… -Eso no tengo ni que pensarlo, claro que me gusta. Me encanta el combate. Nimrod estaba contento de oír su entusiasmo. -Segunda pregunta: ¿Te sientes ligado al ejército orco? -¿Yo, en el ejército? Bueno, no me importaría en absoluto. De hecho se podría decir que ya lo estoy, usted es mi superior. Entonces, Nimrod ya estaba exultante. Le parecía haber encontrado a su mercenario perfecto: Un tipo fuerte y que no hace preguntas. -Tercera pregunta: ¿Matarías, traicionarías o robarías si tus superiores te lo pidieran? Gurud se quedó un poco impresionado, pero contestó sin inmutarse: -Claro. Siempre y cuando hubiera una buena recompensa por ello. Beliar estaba entonces en la mirada del general. Había llegado a pensar que no podría conseguir a alguien eficiente para sus trapos sucios, pero estaba totalmente equivocado. -¿Has contestado sinceramente, Gurud? -Claro, señor. Nimrod sacó una bolsa de cuero de su bolsillo. Se la mostró a Gurud, abierta. Un montón de centelleantes monedas relucieron a su vista. Eran mil monedas. -Llegará el día,- dijo -en que habremos conquistado este asqueroso valle y tendremos todo el mineral en el Tesoro de nuestro señor en Irdorath. Entonces, habremos sido héroes de guerra. Cada uno con su gloria, incluso tú, recién llegado. Serás Gurud el Temible. Gurud se permitió una sonrisa ambiciosa. -Pero para que ese día llegue, alguien de mi posición necesita que alguien como tú, imbatible guerrero, le ayude. Vas a trabajar para mí, ¿estamos de acuerdo? Le enseñó las monedas de nuevo. Gurud asintió con la cabeza. -Dime, compañero, ¿hay alguien de Refugio que te caiga especialmente bien desde que has llegado? El orco pensó un rato, mientras se frotaba la barbilla. -El maestro de la arena, Thorlan.-Contestó. -¿Thorlan, dices? No me suena de nada. –Entonces sacó una espada de mineral, preciosa; de su espalda. Hizo ademán de entregársela al protagonista.-Mátalo, luego volveremos a hablar. Los dos orcos se quedaron mirándose el uno el otro. Eran asuntos serios. Nimrod aún tenía la espada en la mano, a medio entregar. Gurud replicó por primera vez: -¿Porqué a él? Te he dicho que precisamente él me cae bien. -Por eso mismo. Ve, y mátalo. Empezó a llover, el cielo se volvió gris. Los habitantes de Refugio se refugiaron, en sus camas, era de noche. Gurud cogió el arma de las manos del general y se encaminó hacia el barrio alto. La cabaña de Thorlan estaba a la izquierda. Se escuchaban sus ronquidos. Gurud rezó a Beliar y se acercó a la cama de la víctima. En ese momento, Thorlan se despertó y le miró directamente a los ojos. Esa mirada fue un escalofrío que le perseguiría toda su vida. Alzó la espada y le cortó el cuello. A partir de ese momento, lo llamarían Gurud, el maestro de la arena de Refugio. *** Nimzo se levantó de su cama, muy contento: el día anterior había visto su hermano ser coronado como a jefe de la arena de Refugio, y se alegraba por ello. Además, ese sería un día determinante en su vida. Recordaba el momento en que el libro de cuentas del administrador de Refugio cayó en sus manos. Aquello fue una bendición de Beliar: denunciaría al comerciante corrupto y se quedaría con su puesto. Así funcionan las cosas en la sociedad orca. León esperaba a su amo fuera. -Saludos, señor, buenos días. El orco sonrió al ver al humano, y le dijo: -Tú, ¡Tú eres el causante de mi alegría, morra! Gracias a ti, voy a ser alguien importante en la aldea, y voy a vivir mejor que un hashishin. Debo darte las gracias, humano. -No se merecen, maestro, supongo que se refiere a lo de anoche, cuando consiguió el libro. ¿Qué va a hacer con él, lo entregará a su propietario? Nimzo rió maliciosamente y le indicó a su esclavo que lo siguiese al ayuntamiento. Lo que pasó a continuación es fácil de contar, el orco habló con Nimrod y el comerciante corrupto fue despojado de su casa y posesiones, de hecho; fue ejecutado, y Nimzo se quedó con su puesto. Pronto empezarían a llamarle el maestro de provisiones de Refugio. | |
| | | Adanos93 Mago del fuego
Mensajes : 409 Fecha de inscripción : 13/08/2011 Localización : En un bosque de Myrtana Empleo /Ocio : Servir a Adanos Humor : Raro
| Tema: Re: Una historia orca Miér 09 Nov 2011, 22:35 | |
| Me gusto mucho el capitulo, a ver que pasa y porque Nimrod quiere matar al que le cae bien a Gurud...... Bueno, sigue asi y no te canses de escribir. Un saludo. | |
| | | Dulcepsicópata Paladín
Mensajes : 2149 Fecha de inscripción : 27/01/2011 Localización : África Tropical Empleo /Ocio : Cultivar mientras canto la canción del ColaCao Humor : Harto pésimo
| Tema: Re: Una historia orca Miér 09 Nov 2011, 22:48 | |
| Bien bien, me ha gustado mucho el chapter De los dos hermanos casi prefiero a Gurud, es fuerte, amoral en cierto sentido y me cae mejor xDD Espero continuación !! | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Jue 10 Nov 2011, 18:16 | |
| a Nimzo le he dado poco protagonismo, de eso me doy cuenta, pero esque mola mas escribir sobre hostias que sobre contabilidad pronto vereis lo amoral que llega a ser Gurud | |
| | | MercenarioOrco Líder del Círculo del Agua
Mensajes : 1349 Fecha de inscripción : 03/09/2011
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 12 Nov 2011, 22:51 | |
| bien, otro capitulo me gustaria saber aspectos a mejorar de mi relato, o vuestra opinion ( no me puedo comparar a los grandes de aqui, como Zacu, Psico, Loco, Drakan, Taok...) asi que quiero mejorar en mi forma de escribir. XARDAS Los rituales se volvían cada vez más usuales. Los monjes se ponían en círculo y creaban Buscadores y demás bestias temibles, y éstas últimas solían ser eliminadas sino lo eran lo suficiente. Experimentaban. Según decía Saang, el líder de la orden, la posesión era la clave. Ur-shak evitaba pensar en esas cosas, no le importaba lo más mínimo; y, sin embargo, Saang parecía esperar algo más de él. Nevermind. Un día de meditación, el chamán decidió dar un paseo por los alrededores de la barrera orca. Llegó al bosque de nuevo, y allí encontró un pequeño banco apoyado en la pared de la ciudad. Se sentó y empezó a rezar. Todo era silencio y tranquilidad. La paz fluía. Ur-shak levantó la vista después de la oración. Había un humano enfrente de él: llevaba ropas oscuras, una larga túnica; y tenía una mirada ilegible: había perdido la vista. Tenía el pelo plateado y una pose imponente. Era Xardas. Los dos se examinaron de igual manera. Había una pesada tensión en el ambiente, y sin embargo; el humano avanzaba tranquilo hacia el orco. -¿Tu eres ESE chamán, verdad? ¿Es increíble como los dioses juegan con el destino, no te parece, orco? Ur-shak escuchaba las palabras del intruso, estudiándolas. Finalmente habló: -¿Quien es un humano tan osado como para hablarle a un orco? Habla, morra, o te mataré. Xardas sonrió burlonamente. -Pues claro, podrías intentarlo, pero recuerda, morirías. Pero no es por eso por lo que te hablo. -¿Y por qué me hablas? Eres un imprudente, viejo. -Nunca lo soy. Sé que tú no me harás nada, porque no eres idiota. Y ahora cállate, y escucha: He andado muy largamente, y sólo para llegar a este campamento en el Valle de las Minas y poder entrar en contacto con vosotros, los orcos. Vosotros llegáis desde el continente con barco, y eso es lo que yo necesito ahora: un barco. Estaba dispuesto a mataros a todos para conseguirlo, pero veo que tú me llevarás con tus hermanos para que hable con ellos. Ur-shak no sabía dónde se estaba metiendo, pero contestó. -Das por supuesto muchas cosas, viejo. No te llevaré con los míos, jamás. No voy a dejar que tú y tus creencias en Innos nos afecten. Desaparece mientras puedes, humano. -¡Innos!-Rió el nigromante.-No…yo no creo en Innos, de ningún modo. Pero tampoco creo en Beliar. YO CREO EN MÍ. Para que nos llevemos bien vas a tener que entenderlo. Si esto ya está aclarado, obedéceme de una vez: Quiero que me lleves ante el líder de tu orden. -¿Ante Saang? ¿Y para qué quieres verlo? Estamos muy ocupados creando avatares del Mal como para perder tiempo en morras curiosos. -¿Avatares del mal? Qué curioso, me gustaría verlo. – Xardas reflexionó un segundo. -¿Y cómo los creáis? Ur-shak no se podía creer que el humano siguiese delante de él. -Los poseemos con el poder de Beliar. Xardas puso una expresión seria en su cara. -Entonces hacéis Buscadores. Eso no son avatares del Mal, sólo son marionetas huecas. Lo que necesitáis es el método de la evolución. No podéis inyectar el Mal en humanos, creaciones de Innos, debéis hacerlo en bestias malignas. Piénsalo. Piensa en el Durmiente, por ejemplo. Te voy a contar un secreto: Cuando Beliar escogió al Durmiente para liderar a sus ejércitos, le concedió gran parte de su poder, pero no antes. >>En aquellos tiempos, los paladines gozaban de unas minas de mineral riquísimas, su única preocupación eran los ataques de los reptadores de la mina. Eran bestias muy temidas, y por eso Beliar escogió a la más feroz de ellas para ser su avatar. Esa criatura fue potenciada por Beliar y pasó a llamarse el Durmiente. ¿No lo ves? Por eso era necesaria secreción para la invocación, y por eso el gran parecido entre él y los reptadores. ¡Si hasta tenía a su antigua familia viviendo en el templo! Y el Dragón Muerto Viviente tiene una historia parecida: él era un simple dragón antes, pero Beliar lo escogió y ahora es muy poderoso. En fin, ése poder ya me corresponderá… >>Lo que te quiero decir, chamán, es que si de verdad queréis crear grandes avatares del Mal, debéis usar a las bestias de Beliar, no a los humanos, que están ligados a Innos. ¿Lo entiendes ahora? – Hizo una pausa – ¿Sigues pensando que tu líder no estará interesado en verme? Ur-shak no había acabado de asimilar toda la información que contaba el viejo nigromante, pero sin duda, su líder lo haría. -De acuerdo, morra – Dijo el orco. – Te llevaré ante mi líder. Espero que le expliques lo mismo y nos ayudes en nuestra investigación. Entonces Ur-shak se levantó del banco y, exhausto, llevó al viejo dentro de la aldea orca. Lo que pasó a continuación, pasó a la historia orca. | |
| | | Adanos93 Mago del fuego
Mensajes : 409 Fecha de inscripción : 13/08/2011 Localización : En un bosque de Myrtana Empleo /Ocio : Servir a Adanos Humor : Raro
| Tema: Re: Una historia orca Sáb 12 Nov 2011, 23:50 | |
| Muy buena la historia, pero Xardas me parece menos Xardas............ Bueno, no se, sigue con la historia, a ver que pasa al final de todo esto...... Un saludo. | |
| | | Umbekant Cazadragones
Mensajes : 634 Fecha de inscripción : 30/07/2011 Localización : En la tierra de Ooo. Empleo /Ocio : Nada de nada. Humor : ¡Si lo ves grande! No te asustes. Si te lo meten, solo respira. Y si te duele, soporta... ¡Porque una injeccion puede salvarte la vida!.
| Tema: Re: Una historia orca Dom 13 Nov 2011, 00:57 | |
| Ya se están adelantando bastante, lo leería pero tengo cosas que hacer para la escuela. | |
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