Gran Relato de la Colonia

Capitulo 1

Sobre como afecto al campamento del pantano la catastrofe espiritual

Con la invocación del durmiente y la muerte de Yberion, El Campamento del Pantano se encauzaría en una rápida decadencia. Los gurús vieron cuestionada su autoridad; los novicios perdieron su fe en ellos y no dudaban ahora en culparlos de los males del pueblo. Debido a los conflictos surgidos, Cor Angar no tendría mas remedio que tomar medidas drásticas para evitar una masacre y a petición popular juzga a los gurús por el empleo de prácticas demoníacas y maléficas y son desterrados todos aquellos que no reniegan de esas practicas. Aquellos que fueron desterrados se unieron a Saturas en El Campamento Nuevo para ayudar a los magos del agua en sus estudios.
Los que se quedaron, se resignaron a realizar la labor de curandero o herbatero.
Cor Angar asumió entonces el mando total, imponiendo necesariamente un estricto régimen en el campamento al modo de narcoestado militar; los templarios mantienen el orden a puño de hierro mientras los novicios se dedican principalmente al cultivo de hierba para exportar al resto de la colonia. Además vistos los efectos perjudiciales que el consumo de hierba tenía sobre la productividad y la disciplina, y puesto que ya no era recomendado su consumo como un puente hacia el Durmiente , su consumo fue severamente restringido.

Capítulo 2

La búsqueda de respuestas

Una jornada después de la invocación, Baal Namib acompañado por Lester y Mordrag, llegó al Campamento Nuevo y fue directamente al encuentro del guardián del mineral. Cronos tras conocer las circunstancias que habían promovido al encuentro los delego a Saturas, líder del círculo del agua. Namib y Lester se despidieron de Mordrag que había viajado con ellos desde la ciénaga y fueron al encuentro con el mago.
Varias horas estuvieron reunidos Saturas y Baal Namib, analizando la situación y evolucionando en sus conclusiones ante un Lester espectante.
Saturas seguía estrictamente fiel a su plan de hacer estallar el montículo de mineral con la ayuda de los míticos focos de piedra, de otra manera, meses de esfuerzo no habrían valido de nada. A la contra, Baal Namib insistía en la importancia de indagar la naturaleza del Durmiente y su posible influencia mágica en los sucesos que rodearon la creación de la barrera. En el afán de hallar el consenso, Lester se decidió por intervenir y propuso su plan: Él acudiría a sus amistades de entre los tres campamentos en busca de ayuda para la búsqueda de los focos; a cambio, los magos del círculo colaborarían con Baal Namib en su investigación. Las dos partes aceptaron.

Lester, Gorn, Milten y Diego; los dos últimos a espaldas de sus respectivas facciones emprendieron la búsqueda de los focos de piedra.
En esta búsqueda Lester pierde su mano izquierda, se habia enfrentado a terribles monstruos durante la misión, e irónicamente fue el impacto de la daga de un trasgo lo que le provocó tal perdida.

Baal Namib aprendió mucho de los magos del agua y no tardó en sacar conclusiones.
Cuando escuchó la historia de Xardas el nigromante, decimotercer y mas poderoso mago de los que crearon la barrera no tardo en tomar una decisión.
Si un mago tan sabio y poderoso se había internado en el territorio orco, allá donde señalaban las visiones del Durmiente, habría sido sin duda por alguna razón importante, y sucesos de tal calibre como la presencia de una deidad terrible como el Durmiente no podrían haberle pasado desapercibidas.
Baal Namib se dispuso entonces a conseguir una audiencia con Xardas.
El círculo del agua no se lo recomendó, mas conscientes de que Baal Namib no rectificaría, se resignaron a prestarle ayuda.
Enviaron como escoltas de Baal Namib a 2 mercenarios, uno de ellos Blade, muy apreciado por los magos y popular entre el resto de los mercenarios y de esa manera partieron a internarse el el territorio orco...

Capítulo 3

Hazañas Fantásticas

Baal Namib y los dos mercenarios tomaron el sinuoso camino de la montaña que va hacia el sur hasta llegar a la antigua tumba maldita. Cuando llegaron se encontraron con Milten y Lester que habían ido allí en búsqueda de un foco de piedra; ya lo habían conseguido y estaban descansando de su hazaña antes de partir de nuevo.

Los tres expedicionistas continuaron para internarse en el territorio orco. Baal Namib utilizó la magia del durmiente para dormir a un centinela orco y se internaron en el siniestro paraje rumbo al norte, donde se hallaba la torre del nigromante.

Mientras tanto, Diego y Gorn se enfrentaban a numerosos chasqueadores en el antiguo monasterio al este del Campamento Viejo en su afán de recuperar otro de los focos. Superaron a los reptiles pero se encontraron con un gran muro y una verja cerrada que les impedía el paso. Al otro lado se vía el torno necesario para abrir la verja. Tras dudar unos instantes, Diego tensó su arco y afinando su puntería al máximo disparo una flecha con una fuerza endemoniada que logró hacer girar el torno levemente, lo suficiente para poder pasar arrastrándose bajo la verja.
A partir de ahí no les costo demasiado hacerse con el foco. Partieron de nuevo y acamparon junto con dos cazadores, Ratford y Drax, antes de dirigirse al encuentro del último foco.

Baal Namib y los mercenarios tras atravesar con suma discreción el territorio orco se encontraron a pocos metros de la gran torre de Xardas, solo separados por un sinuoso camino entre dos laderas.
Dispuestos a atravesarlo, repentinamente se quedaron petrificados al oír un gran estruendo, como si una montaña estuviese caminando hacia ellos. Un golem de piedra apareció y los tres compañeros emprendieron la huida. Uno de los mercenarios no la logró, el golem lo golpeó con la fuerza de 10 osos rompiéndole la columna vertebral en dos.
Ya a salvo, ante un Blade todavía aterrorizado, Baal Namib deliveró. Entonces recordó algo que había leído sobre los golems cuando estaba con los magos del agua. Instigó a Blade a que sorprendiera al golem atacándolo con toda su fuerza usando la almádena. Éste en principio ni se lo planteó, pero terminó confiando en el gurú. Así lo hizo y el golem se resquebrajo en mil pedazos tras la embestida.
Tras eso se encontraron otros dos golems si cabe mas terribles pero esta vez no hubo sorpresas, empleando sus conocimientos Baal Namib se deshizo de ellos empleando unos pergaminos de conjuro que le habían regalado antes de partir de la casa de los magos del agua.
Tras esto, por fin se internaron en la torre del nigromante. Nada mas entrar, se econtraron con un demonio. Blade desenfundó su arma pero el gurú lo detuvo. Baal Namib mantuvo una conversación telepática con el demonio ante la perplejidad de Blade que creía vivir una aventura fantástica. Tras un rato Baal Namib entregó los corazones de los golems que habia recogido al reconocer en ellos propiedades mágicas y el demonio le entregó a cambio una runa. La runa que les llevaría por fin a Xardas.

Mientras tanto Diego, Milten, Lester y Gorn se encontraron frente al cañon del troll y deliberaban sobre como superar al terrible enemigo que allí se encontraba. Un gran troll les separaba del acceso al foco y no parecía que fuese a moverse de allí. Mientras el resto planeaba una estrategia, Lester indagaba un viejo pergamino que había encontrado en la zona. No tardó en sacar una conclusión; explicó a los otros su plan y todos aceptaron. El pergamino que Lester había encontrado contenía un poderoso hechizo capaz de reducir enormes monstruos al tamaño de inofensivos gatos. Lester necesitaría unos segundos para lanzar el hechizo que encongería al troll, mientras tanto los otros debían distraerlo.
El plan funcionó, el troll tras ser encogido fue rápidamente reducido por el hacha de Gorn. El infortunio fue que mientras lanzaba el hechizo, un par de trasgos que luego fueron rápidamente eliminados por las flechas de Diego y el fuego de Milten, emboscaron a Lester y uno de ellos armado con una sucia y oxidada daga logró clavársela en el brazo generándole una sangrante e infecciosa herida.
Superado el obstáculo del troll no fue difícil hacerse con el foco. El brazo de Lester fue rápidamente vendado aplicando un torniquete, de otra forma se desangraría, debían volver rápidamente al campamento nuevo para que se le cosiese la herida.
Cuando abandonaban el cañón del troll, los cuatro compañeros sintieron un terrible estruendo, como si una montaña se derrumbáse. El sonido parecía proceder de La Vieja Mina..

Capitulo 4

La Crisis del Mineral

Diego, Milter, Gorn y el herido Lester descendieron del cañon del troll y fijaron su mirada en el origen del estruendo que habían oído; de la Vieja Mina brotaba una gran nube de polvo y escombros.
Cuando se acercaron, se encontraron con dos supervivientes que habían surgido de entre los escombros, uno era Drake de la guardia de Gómez y el otro Grim un viejo cavador. Narraron a los cuatro compañeros lo que había ocurrido. Los cavadores se encontraron con un río subterráneo; al liberar la inmensa presión del agua, esta emergió con una fuerza huracanada inundando la mina y derrumbando pilares y soportes.
Drake logró escapar gracias a ser el guardia encargado de la entrada de la mina; en los momentos del derrumbe Grim se encontraba hablando con él sobre un cambio de turno.
Los cuatro compañeros enseguida concibieron la gravedad de la situación; debían actuar con suma precaución, toda ley y jerarquía estaba en juego en la Colonia, el riesgo de conflictos políticos y bélicos era inminente.
Tras una breve deliberación, pues el tiempo apremiaba, Diego y Milten acordaron ir con Drake al Campamento Viejo, Lester pese a sus ansias por informar a Cor Angar de la nueva situación, necesitaba asistencia curativa cuando antes y partió con Gorn al Campamento Nuevo junto con los focos de piedra.
Grim se negó a partir, se quedaría allí y en cuanto se repusiese comenzaría a cavar para sacar a algún posible superviviente atrapado.

Una hora después llegaron Drake, Diego y Milten al Campamento Viego; Drake se dirigío a informar a Thorus, Diego fue directamente a ver a Gómez y Milten a Corristo, los sucesos consiguientes se desarrollaron muy rápidamente.
Al recibir la noticia Gómez entró en cólera, su respeto y su puesto peligraban y estaba dispuesto a cualquier cosa para mantener su poder.
Gómez no titubeó, pidió a Raven que hiciese llamar al capitán de su guardia.
En esto aparecieron Milten y Corristo, Corristo tras juzgar el enervado rostro de Gómez apenas se atrevió a aconsejarle prudencia, cosa que lo enfureció si cabe más; la prudencia no salvaría su estatus.
Thorus apareció enseguida, las órdenes fueron claras y concisas para él, reunir los hombres que considerase necesarios y enviarlos al ataque de la Mina Libre.
Al oír tales órdenes Raven, Diego y Milten se estremecieron levemente pero no se atrevieron a decir nada.
Corristo en cambio respondió oponiéndose a Gómez, defendiendo la opción mas diplomática de buscar el acuerdo con el Campamento Nuevo.
Gómez no pasaría por ese aro y respondió de mala manera al maestro del círculo del fuego el cual se retiró maldiciendo la locura de Gómez seguido de un Milten superado por las circunstancias.
Diego se atrevió a aconsejar a Gómez pidiéndole calma y tiempo, argumentando que el Campamento Nuevo tardaría en percatarse del derrumbe de la Vieja Mina, hizo mal Diego en confiar en su amistad con Thorus, hombre fiel ante todo a la obedencia y la lealtad.
Thorus habló a Gómez de los acompañantes de Diego en su encuntro con Drake en la Vieja Mina.
Diego recibió una paliza de los guardias y del propio Gómez y se le perdonó la vida únicamente por la intervención de Raven, luego fue arrastrado a las mazmorras. Gómez, irascible y paranoico, ordenó cerrar las puertas del campamento y doblar las guardias para que nadie pudiese salir o entrar en él.
En unas pocas horas Thorus tenía preparada la expedición, eligió al guardia Jackall para dirigirla ya que este conocía bien la zona puesto que antes de lograr huir y unirse al Campamento Viejo trabajo como raspador en la Mina de Hondanada. Además su negativa experiencia con los mercenarios de la Mina Libre lo motivarían sustancialmente en su misión.
Jackall partió hacia el norte con 30 guardias, prentendia tomar un desconocido paso de montaña que había usado en su momento para escapar de La Mina Libre. Tras esto Gómez ordenó que los guardias matasen a todo lo que se acercase al campamento.
Cuando Corristo, se enteró de tal orden volvió a rebatir con Gómez argumentando que había mensajeros y emisarios así como comerciantes que no tenían porque sufrir tal castigo, Gómez ya arto del discurso del mago ordeno a los guardias que se lo llevasen a la casa de los magos y que no dejasen salir de ella ni Corristo ni a ningún otro mago.

Gorn llegó al Campamento Nuevo con Lester en brazos muy débil por la gran pérdida de sangre; Riordian lo atendió rápidamente suturando la herida sangrante. Más surgió en el un rostro de gran preocupación al inspeccionar los dedos ennegrecidos del Novicio pero no dijo nada.
Gorn y Riordian dejaron a Lester que pronto se sumión en el sueño y fueron a llevar a Saturas los focos de piedra.
Los preparativos para hacer estallar el montículo de mineral estaban preparados solo faltaba una cosa y no era sencilla, la colaboración de los magos del fuego, para tratar de convencerlos Saturas envió a su mensajero de mayor confianza Mordrag al Campamento Viejo.
Un rato después Lester se despertó sudando, la fiebre por la infección lo cegaba, pero se dió cuenta de que no podía moverse estaba atado vio encima de el una silueta, parecía la de Riordian, portaba un instrumento metálico, puso a Lester un trapo en la boca y sujetó fuertemente su brazo herido. Un segundo despues un estremecedor alarido de dolor se escuchaba en el Campamento nuevo. Lester había tenido demasiado tiempo el brazo sin circulación y se le habia generado necrosis, la amputación del miembro era necesaria.

Al atardecer Mordrag llegaba al Campamento Viejo y se encontraba con sus puertas cerradas, se acercó a los guardias de la puerta y vió como desenfundaban sus armas pero no tuvo tiempo de reaccionar, se dió la vuelta dispuesto a emprender la huida pero un virote se le clavo cruelmente en el muslo derecho, cojeó un poco antes de desplomarse, ya en el suelo fue rematado por la espada implacable de la guardia de Gómez. Bloodwin, saqueando el cuerpo de Mordrag encontró un precioso anillo mágico.

Ya a la noche, estalló un alboroto en el Campamento Viejo; Aarto y Scar irrumpieron en al casa de los magos, con las hojas desenvainadas, con intenciones fuenestas. Los magos del fuego apenas pudieron entrar en pánico ante la rapidez y destreza de sus ilustres verdugos.
Corristo y los otros dormían confiados pero el temeroso Milten no había pegado ojo y se mantenía alerta. Eso lo salvó; cuando Scar se dirigía hacia él se dispuso a emplear el pergamino que le había dado Saturas cuando emprendió la aventura de los focos de piedra, se teletransportó al Campamento Nuevo ante un Scar perplejo que lanzó una estocada al aire.

Pasada la media noche, el pueblo de Hondanada dormía en calma en un silencio intranquilo, la partida de guardias liderada por Jackall había rodeado estratégicamente la hondanada. A la orden del capitán los guardias encendieron antorchas que arrojaron al Campamento, esto les daba dos ventajas, iluminaba sus objetivos mientras ellos permanecían en la oscuridad y hacía reinar el caos y la incertidumbre en el poblado.
Mercenarios, bandidos y raspadores ante el fuego inminente se incorporaron confusos y desbordados, los guardias los hostigaban con sus ballestas desde la sombra y el fuego los deslumbraba y desconcertaba La mayoría emprendieron una retirada desordenada al camino principal de salida del poblado que parecía estar despejado. Era una treta planeada; para prevenir atrincheramiento o resistencia los guardias fingieron dejar libre el camino de huida pero media docena de guardias esperaban en la sombra emboscar al enemigo en retirada.

El amanecer iluminó el terrible resultado, el pueblo de Hondanada era un desolado cráter humeante, sus habitantes masacrados yacían por doquier. Los guardias no prestaron atención a los caídos mas que para decapitar al jefe del campamento, Okyl, y clavar su cabeza en una pica como aviso a próximos expedicionistas. La guerra había comenzado...

te esta quedando una gran historia aunque no creo que baal Nabib y blade pudiesen contra los 3 golem.

antiheroe escribió:

te esta quedando una gran historia aunque no creo que baal Nabib y blade pudiesen contra los 3 golem.

jaja no subestimes las habilidades de los gurus estando el durmiente, origen de su magia, en maximo apogeo!!

Lares, lei cada palabra, Ruego sigas con la historia que esta quedando genial n.n ! <3

te esta quedando de miedo sige asi!

Capítulo 5

La decisión del nigromante

Blade, casi desesperado, llevaba horas y horas aguardando el retorno de Baal Namib; los bramidos del demonio lo enervaban.
Baal Namib mantuvo una larguísima conversación con Xardas. El nigromante además enseñó al gurú a incrementar su poder mágico.
Hablaron de muchas cosas. Namib se estremeció al oir como Xardas le hablaba del sentimiento que crecía en él, sentimiento de un mal que aumentaba y estaba apunto de estallar. Lo que más asustaba a Namib es que ese mismo sentiamiento llevaba tiempo creciendo en él.
Tras horas de charla ambos coincidieron en la creencia de la necesidad de averiguar más sobre el Durmiente y el templo orco. Xardas contó a Namib la historia de Ur-Shak, el chamán orco desterrado que entonces solía habitar las ruinas de la ciudadela en la cima de la montaña al oeste de allí y Baal Namib aceptó ir en busca del orco con la intención de obtener respuestas. Baal Namib apareció de nuevo ante Blade, y ambos emprendieron el rumbo hacia el encuentro de Ur-Shak.

Al atardecer llegaron a la ciudadela y la encontraron silenciosa y desierta; tras indagar un poco se encontraron con una escena desagradable, un orco con la indumentaria propia de los chamanes yacía tras ser brutalmente asesinado por grandes y contundentes armas ante otro orco, este uniformado de guerrero, el cual yacía semilcalcinado al parecer por el efecto del fuego mágico que el chamán uso para defenderse.
Habían llegado demasiado tarde. Los guerreros orcos habían terminado con la vida de Ur-Shak. Baal Namib dió a Blade vía libre para irse por su cuenta. Los compañeros se despidieron y el gurú usó la piedra de teletransporte para volver ante Xardas.
Xardas tardó en responder tras escuchar la noticia de la muerte de Ur-Shak. Tras varios minutos deliberando en sus propios pensamientos reaccionó. Dijó a Namib que no tenían mucho tiempo. Cualquier mago podía sentir que algo estaba pasando, el poder mágico oculto en el templo orco crecía ahora exponencialmente por razones desconocidas. Incluso la propia barrera mágica que cubría la colonia se estremecía ante tal poder.

Durante días, Xardas había trabajado en la creación de un pergamino que lo llevase al interior del templo del durmiente. Para elaborarlo se había inspirado en un pergamino de teletransporte orco que había encontrado uno de sus demonios en una expedición.
Necesitaría explotar todo su gran poder mágico pero podría ahora emplear el pergamino.
Obligado por las circunstancias así lo decidió. Agradeció a Baal Namib su ayuda y lo dejó al custodió de su torre y al mando de sus criaturas. También le entregó una llave, pero no le dijo para que era. Baal Namib estaba entusiasmado, se frotaba las manos pensando en poder tan solo ojear los estudios y experimentos del nigromante.

Xardas por fin se fue. Tras unos horas, Baal Namib casualmente encontró un libro bajo la cama del nigromante. Parecía ser muy antiguo. Hablaba de una espada, de un guerrero santo y de un terrible mal en un ostentoso templo oscuro.

Te está quedando fenomenal!

Lares, tienes talento para escritor

muy bueno espero con ansia el siguiente

Magnífica historia, sigue así

Increíble relato lares, Esta genial la Historia. Continua por favor n.n

Capítulo 6

Punto de Inflexión

Habían pasado dos semanas desde el ataque a la mina libre. Diego subsistía pobremente en las mazmorras de Gómez; Lester había permanecido convaleciente pero ya se encontraba mejor y frecuentaba ahora la taberna donde desaconsejadamente se reunía con Baal Isidro, viejo conocido de la Hermandad.
Milten, el único mago del fuego en la colonia, colaboraba con los magos del agua y Gorn entrenaba largas jornadas el manejo de su hacha preparándose para un posible combate.

En el Campamento Nuevo el nerviosismo y la incertidumbre medraban; todos están esperando una resolución ante los últimos acontecimientos. El líder de los mercenarios, Lee, antiguo general del rey, duda y reflexiona midiendo exahustivamente el paso a efectuar y no todos logran entender su extrema precaución aunque confían en él.
Por su parte el Círculo del Agua, de filosofía pacífica, no plantea postularse sobre temas bélicos y se limita a esperar, preocupados sobre todo por las noticias traídas por Blade hará una semana. Baal Cadar y uno de sus aprendices habían llegado exiliados hace unos días al Campamento Nuevo. El gurú no ocultaba sentir envidia de su compañero Namib e incluso se planteó ir a su encuentro, solo disuadido por las advertencias sobre la peligrosidad de tal aventura de Blade, el cual, por supuesto se negaba en rotundo a efectuar otra expedición de tales características.

El Campamento Viejo en cambio, se mostraba orgulloso y optimista (al menos los guardias) al verse dominante sobre el Campamento Nuevo. Declarada ya la guerra, Gómez y su guardia sólo esperaban el momento para atacar de manera definitiva a los hombres de Lee.
Lo cierto es que los mercenarios no tenían muchas opciones, sin mineral no había plan de fuga, así que necesitaban la mina, los guardias lo sabían y están preparados para recibir una ofensiva. Al mismo tiempo, una ofensiva sobre la mina libre dejaría el Campamento Nuevo casi indefenso ante una ofensiva por parte de los guardias.
La guerra estaba en un punto de inflexión.

Lee extenuado de tanto planear y rebatir se decanto finalmente por una opción algo surrealista para algunos. Su plan era enviar un comando formado por tres de sus mejores hombres para que asaltaran la mina en una misión casi suicida que consistiría en una estrategia de pillaje para eliminar uno a uno a los guardias evitando el frente a frente.

Gorn se lo comería si no lo enviase así que fue el primer elegido de Lee para la misión.
Torlof fue el segundo, y no le hizo demasiada gracia.
Para sorpresa de todos el tercer elegido no fue un mercenario, al menos no en el momento de su elección. Blade sería el elegido, un gran guerrero y ademas gran tirador, virtud importante para la misión. Pero aun se estaba sobreviniendo de la aventura en busca de Xardas y Lee no quiso abusar de él. En consecuencia Lee eligió al mejor tirador del campamento que no era otro que Wolf. Era mas un cazador que un guerrero pero era extremadamente sigiloso y diestro, y además había ganado todos los torneos de tiro. Sería excelente para esta misión de pillaje. Wolf por alguna razón se disgustó menos de los esperado al ser elegido.
Los tres recibieron la bendición de Adanos, partirían a media noche. A Gorn solo le faltaba dar saltos de alegría pensando en el combate.
Para desplácito de Gorn algo sucedería esa noche que había de al menos postergar la misión. Un hombre, al parecer novicio de la Hermandad, llegó exahusto y sin apenas aliento al Campamento Nuevo, su aspecto era lamentable y apestaba. Al mismo tiempo Baal Cadar comenzó a oír voces en su cabeza, cada vez mas fuertes. Sentía que algo latía y voceaba en su interior. Creía reconocer en esas voces el suave tono de Baal Namib.
El extraño afirmaba llamarse Shrat y ser portador de noticias terribles. En efecto lo eran ya que Cronos lo envió directamente a Saturas...

Esta de lujo, cada detalle... Como logras ajustar tu relato a los acotencimientos sin el HSN Felicitaciones lares Tienes mente de escritor ^·^

teneis que perdonar, estoy de examenes, la semana que viene retomare el relato

No te preocupes tomate el tiempo que necesites. Es un buen relato espero la continuación.

saludos compañeros, en breve retomaré este relato, hoy por la tarde publicaré un nuevo capítulo, gracias por animarme a continuarlo a pesar de que dispongo de poco tiempo libre

Capítulo 7 – El comienzo de la segunda guerra orca

Baal Cadar y Saturas observaban al tembloroso viajero estremecidos por las nuevas que este portaba. Afirmaba pertenecer a la hermandad aunque Baal Cadar no lo conocía. Aseguraba que vivía en una apestosa choza en el pantano. Baal Cadar titubeó pues le parecía improbable que alguien quisiese convivir plenamente con tiburones de la ciénaga y otras criaturas que por allí frecuentaban.
Lester también estaba allí, tratando mantener la compostura ante la resaca que le pesaba.
Milten había salido con un mercenario a explorar con detenimiento la tumba maldita donde habían encontrado uno de los focos.

Shrat comenzó a contar la historia, los rostros de los oyentes tornaron de preocupación a terror.

En el atardecer del día anterior, cuernos de guerra y tambores se oyeron en El Campamento del Pantano; cuernos de guerra y tambores orcos.
Una tropa de doscientos orcos se apostó a puertas del campamento. Un mago negro de aspecto majestuoso y terrible iba al frente.

Cor Angar había reunido a sus templarios y enviado a los novicios al templo, el gurú Baal Tondral decidió unirse a las filas de los primeros.

El mago negro reclamó hablar con el líder del campamento, Cor Angar accedió.
El inusual comandante orco se negó a contestar preguntas sobre su idéntidad, solo afirmaba venir sirviendo al Durmiente. Al oir esto se escucho un rumor entre los templarios, rumor percibido por el mago y que Angar acalló con una mirada.

Angar contestó al mago replicándole que ya no servían al Durmiente, que éste era malvado y pidió al oscuro visitante que volviese con sus orcos por donde había venido.
El mago oscuro no cedió ante estas palabras y exigió a Angar su rendición incondicional así como la del resto del campamento para beneplácito y gloria del Durmiente.
El nombramiento de su antigua deidad resonó esta vez con mas fuerza en la cabeza de los templarios que mantenía una lucha interior por mantener su voluntad intacta.
La lucha en la cabeza de Baal Tondral, que se mantenía inmóvil, con su frente empapada en sudor era aún mayor.

Cor Angar terminó la charla sin ceder a las peticiones del mago negro y volvió a reunirse con los templarios.
El mago negro gritó unas palabras en una extraña lengua y todos los orcos aullaron, los templarios desenvainaron sus armas.
La batalla de desencadenó, fue atroz. Los orcos doblaban cuatro veces en número a los templarios, aunque estes estaban bien atrincherados, y los orcos no daban roto el cerco.
Baal Tondral trató de usar su magia pero fue incapaz, sentía que no había nada entre el mago negro y él, entre él y el Durmiente.
Los orcos caían, los templarios se mantenían sobre los hombros de su líder, Cor Angar, y apenas sufrían bajas, solamente algunos templarios se había retirado heridos.

Los orcos comenzaron a titubear ante la contundencia de los mandobles de los templarios que comenzaban a creer en sus posibilidades.
Fue entonces cuando algo inesperado ocurrió, Cor Angar fue abatido por una terrible fuerza siendo catapultado al medio de las líneas orcas.

La batalla se paralizó, Baal Tondral, negada su voluntad, usó todo su poder para lanzar un puño de viento al lider de los templarios; tras esto, comenzó a gritar con desquicio alabanzas al Durmiente mientras se alejaba corriendo.

Cor Angar se repuso, tembloroso por el impacto, rodeado de orcos. Gritó a los templarios que no flaquearan y siguiesen luchando y aún fue capaz de abatir a dos de ellos antes de caer ante las implacables hachas orcas.
El mazazo fue demasiado grande para los templarios, un segundo de duda bastó para que los orcos rompiesen sus líneas. Gor Na Toth que asumió el mando ordenó retirada al templo.

Allí se atrincheraron los templarios junto con los novicios y algunos gurús que atendieron a los heridos. Los orcos disminuidos en número pero crecidos en moral pretendían atacar sin dudar pero alguien los detuvo.
Kalom, conocido en el campamento como Cor Kalom que había abandonado el campamento tras la invocación se teletransportó a la plaza del templo.
Ordenó a los orcos detenerse, apeló que al Durmiente no le complacería que sangre fuese derramada en su templo. El mago negro no parecía estar muy satisfecho pero no intervino y los orcos respetaron la decisión del antiguo gurú.

Kalom se dirigió a la puerta del templo sin escolta y desarmado.
Conversó con los templarios. A su encuentro también salió Joru, novicio en su día protegido de Cor Kalom que estaba ilusionado por ver de nuevo a su mentor.
Pasaron unos minutos y finalmente los templarios abdicaron y se rindieron.
Kalom gritó una alabanza al Durmiente y todos los orcos aullaron.
El mago negro en cambio que incluso parecía estar decepcionado conjuró un hechizo y súbitamente desapareció.

Shrat pudo verlo todo a hurtadillas agachado por el campamento pues nadie contaba con su presencia, luego escapó a través del pantano.

Tras escuchar la historia, los magos del agua ofrecieron a Schrat reposo y comida.
A continuación, Saturas llamó a concilio a todos los magos del agua así como a Lee, Baal Cadar y el propio Shrat para una reunión de emergencia. Lester, debido a su vergonzoso estado no fue invitado. A parte de la resaca, esa noche Lester había tenido una bronca con un raspador llamado Senyan en la taberna y había salido mal parado; su rostro hinchado, su moral destruida y su muñón marcaban su decadencia.

Apunto de comenzar la reunión alguien apareció súbitamente sobre la estrella de cinco puntas, Saturas reconoció su rostro y luchó por no desplomarse al verlo.
Shrat apenas lograba procunciar dos palabras entre tartamudeos...

Al fin retomaste el relato jeje,,, me alegra mucho,,, está verdaderamente increíble,, aunque me acuerdo seguramente vuelva a leérmelo desde el principio

PD: Echaba de menos relatos ambientados en Gothic

Bravo! Rabo! Me ha gustado mucho como has retomado el relato, yo creo que mejor incluso que los viejos capítulos. Me quedo con las ganas de ver como acaba en la mina vieja, pero esta guerra en el campamento de la Secta también tiene mucha tela Solo decirte que creo que se escribe "Shrat", y nada,,, que lo continues!!

muchas gracias!! pues si es "Shrat" lo cambio y sin fallo.

good chapter, menos mal que no dejas de lado esta excelente historia.

Capítulo 8 – Uriziel

Diego masticaba con ansiedad un mohoso pedazo de pan mientras Bullit, uno de los guardias, se burlaba de él. Las esperanzas de Diego se devanecían cada día más; hambriento y lastimado veía su fin cerca.
Sobrevivía añorando sus años en Khorinis, hermosa ciudad costera, cuando era un próspero comerciante. Le remordía el hecho de que nunca podría vengarse de los que le habían metido en la maldita colonia.

Baal Namib había avanzado mucho en sus estudios, estaba realmente maravillado por los conocimientos desarrollados por el nigromante. Se había iniciado en la magia de invocación llegando a invocar un trasgo, el cual por desgracia surgió cojo y deforme.
Namib desconocía el destino de su pueblo. Xardas había vuelto a la torre un instante, pero no le dijo nada, tan solo le pidió la llave que le había dejado a custodio y volvió a desaparecer.

Milten vovío al campamento nuevo, también a través de la estrella.
Al aparecer en la casa de los magos observó los rostros perplejos de sus huéspedes.
Tras percatarse del nuevo visitante experimentó esa misma conmoción.
Fue por fin Milten quién presentó al extraño gritando su nombre ante el asombro de los presentes.
Era Xardas. Lee inconscientemente se tensó para al mínimo movimiento extraño echar mano a su hacha. Alguna historia había oído del nigromante. Shrat lo señaló como el mago que había dirigido el ataque al Campamento del Pantano. Baal Cadar llamándolo asesino se dispuso a usar su magia contra él. Saturas que había permanecido inmóvil y pensativo lo detuvo. Parecía como si Saturas hubiese mantenido una conversación telepática con el nigromante.

Saturas pidió a los presentes que abandonasen la sala con excepción de Xardas y Milten.
Lee aceptó aunque todo esto lo estaba superando. Baal Cadar se negó y trato de atacar de nuevo a Xardas, el cual casi sin inmutarse bloqueo lo magia del gurú que se cayó de espaldas ante el poder superior del mago oscuro. Shart lo ayudó a levantarse y se lo llevó.

Allí estaban reunidos un representante terrenal de cada dios; Innos , Adanos y Beliar, en concilio.
La reunión duro varias horas, Xardas narraba casi continuamente con excepción de ciertas intervenciones de Saturas, Milten era un manojo de nervios y apenas intervenía.
Xardas habló sobre el Durmiente y su naturaleza, sobre su estancia en el templo orco, sobre el destino que aguardaba a la colonia. Les habló sobre una espada de enorme poder guardada con recelo por los sacerdotes no-muertos orcos que guardaban el templo, su nombre era Uriziel. Xardas se presentó como informador mas no como comandante, en ningún momento aconsejó siquiera sobre lo que debían hacer sus oyentes.
Les habló de un libro sagrado que profetizaba la llegada de un elegido de Innos, el cual reclamaría el poder de Uriziel pero que por razones desconocidas no había aparecido.
El poder del Durmiente medraba y la guerra había comenzado.
Ante las preguntas sobre el ataque a la hermandad no quiso contestar y se definió a si mismo como una herramienta, pieza del destino.
Les contó que Kalom había sido captado por el durmiente y ahora era sólo un esclavo del demonio, que no tardaría en ser otro espectro, un sacerdote no-muerto. La orden de Kalom era entregar al Durmiente el poder de todo el valle. Sobre cuales eran sus objetivos propios Xardas no quiso contestar. Parecía ser sevidor del mal, incluso del Durmiente como demostró en el Campamento del Pantano pero inexplicablemente maniobraba en su contra informando a sus enemigos.

La parte mas tensa de la reunión fue cuando Xardas rebatió a Saturas su plan de fuga. Le contó que la influencia del Durmiente fue lo que provocó el descontrol de la barrera mágica y que solo su destierro o su voluntad podían derribarla. Saturas se enervó y entró en cólera. Tantos meses de esfuerzo reuniendo el montículo no habían valido de nada. Pese a todo el mago del agua acabó resignándose ante la sabiduría de Xardas.

Para finalizar, Xardas resumió a sus oyentes que sin el poder de Uriziel sus esperanzas era inexistentes, Saturas y Milten bajaron sus cabezas apesados.

Desvanecida toda esperanza, Xardas les dió una sorpresa final. Les entregó una extraña piedra rúnica y una fórmula mágica. La piedra rúnica había sido extraída de Uriziel pero había sido inutilizada y carecía de poder. Xardas los intruyó sobre como recargar la piedra con la que podrían hacer frente al Durmiente. Saturas y Milten escuchaban incrédulos al nigromante.

Antes de irse Xardas dejó su último recado. Lanzó un conjuro y un cofre apareció ante ellos.
Les dió la llave y se teletransportó, justificando que su pupilo llevaba demasiado tiempo solo en su torre.

Qué misteriosa aparición de Xardas... Me tienes expectante del desenlace, creeme
Sin duda se nota que falta el Héroe Sin Nombre, y... ¿Quién será el pupilo de Xardas?