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 Capítulo III

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Dulcepsicópata
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Dulcepsicópata


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MensajeTema: Re: Capítulo III   Capítulo III EmptyMar 22 Feb 2011, 20:09

<<CAPÍTULO 3>>

-La senda del desfiladero de Ágras pasa por el viejo monasterio al pie de la montaña según he oído, podemos ir juntos hasta allá, sin embargo, hay que tener cuidado pues el Culto puede haber mandado más hombres y la zona de las montañas es famosa por los ataques de los bandidos, dijo Xardas, el joven mago.
-Muy bien, iré contigo hasta el monasterio, aunque he perdido todas mis provisiones, dijo el cazador mirándose los bolsillos
-Yo también, todo se quemó en la posada excepto este libro que guardaba, de todas formas pareces un hombre con recursos y yo me manejo con la espada, así que podemos cazar alguna bestia por el camino...

El cazador le miró con suspicacia, para empezar le había halagado considerándole un gran cazador pero le molestó que se refiriese a los animales como bestias. Consideraba que la mayoría de animales eran nobles en su porte y que al igual que los humanos cazaban para sobrevivir, por lo que debían ser tratados con respeto.

-Pongámonos en marcha, pues, y no nos demoremos, sentenció

Estuvieron caminando durante varias horas, y cómo se hacía muy aburrido el cazador rompió el
hielo preguntando:
-No estoy muy al tanto de las novedades, ¿ha sucedido algo importante recientemente?
- Tendrías que saberlo mejor que yo, después de todo eres de aquí.
-mmm sí, lo que pasa es que no me relaciono demasiado con la gente, sólo paso por mi ciudad una vez a la semana para comerciar y visitar a las meretrices...
-Bueno, dijo riéndose, lo que sé es que cuando mi barco amarró en Vengard, estaban ahorcando en la plaza a Melca, uno de esos reyes insurrectos, el rey ha conquistado su territorio.
-Parece que Rhobar va ganando la guerra.
-Así es, la guerra de los Nobles pronto terminará. Hace cinco meses que zarpan barcos constantemente de Khorinis cargados de mineral mágico. Mi ciudad se está haciendo muy poderosa estos días con el comercio del mineral y el rey ha ido a ver qué tal van las cosas por allí.
-¿El rey está en Khorinis?
, preguntó el cazador.
-Sí, se marchó hace unos días, es por ello por lo que voy al viejo monasterio de las montañas; el mago supremo ha ido a hacer algunas reformas ahora que no es necesitado en Vengard como consejero del rey.
-Ya veo... Háblame de ese monasterio de las montañas, dijo cambiando de tema.
- En otros tiempos fue uno de los monasterios más importantes de Myrtana, pero desde hace centurias ya no es ni la sombra de lo que fue. Antiguamente, los reyes de Vengard se coronaban en las salas del monasterio. ¿quieres saber la historia de su fundación?
-Claro.
-Bueno, hace setecientos años la ciudad de Vengard era la más importante del continente y por tanto los sabios del círculo del fuego tenían allí su sede. Sin embargo, hubo un tiempo en el que los magos del círculo empezaron a vivir en la lujuria y dejaron de aprender conocimientos. Al estar en la ciudad todos ellos se vieron corrompidos por los excesos y lo único que hacían era extorsionar a la gente con impuestos absurdos como el diezmo de Innos por el que había que donar cada año un décimo de los ingresos para que “Innos pudiese luchar bien equipado contra su hermano Beliar” ¿qué te parece?
-Suena completamente ridículo
, dijo riendo.
-Ya lo creo, el caso es que un novicio llamado Paulos al darse cuenta de las barbaridades que cometían los magos se marchó de la ciudad y vivió como un eremita en las Montañas Altas durante veinte años, donde, en sintonía con la naturaleza, aprendió por su cuenta los círculos de la magia.
Cuando volvió a la ciudad de Vengard desterró a los magos del templo y públicamente decapitó a Laúr, el mago supremo de por aquel entonces que ni siquiera conocía el primer círculo de magia. Los guardias de la ciudad no se interpusieron en su camino y llamó a todos los ciudadanos que sentían la llamada de Innos a fundar un monasterio en las montañas donde él había sido ermitaño, para rechazar los pecados de la ciudad y vivir únicamente para Innos. Desde entonces, Paulos se convirtió en el mago supremo y dictó unos principios básicos para la vida monacal.
-Una historia interesante, no la conocía.
.Nos la enseñan a los magos en nuestro aprendizaje como novicios. Por cierto quería preguntarte una cosa.
-Dime.
-¿Qué te sucedía cuando entraste en la posada? Tenías cara de loco enajenado e ibas con la mano en la empuñadura
, dijo mientras giraba la cabeza y le miraba a los ojos fijamente.
-Emmm, he estado muy alterado estos días porque mi tía de Laran se ha muerto y necesito recoger su herencia.
-Entiendo, dijo sin apartar la vista, ¿sabes? Hay dos tipos de personas en el mundo: los ambiciosos y los que no lo son. Las personas no ambiciosas pasan su vida en el anonimato, temerosas de cualquier cosa que pueda suceder y se limitan a ganarse la vida con un sueldo miserable. Los ambiciosos pasan su vida intentando superarse en el día a día y no les importa correr altos riesgos si ven un objetivo en el horizonte, aunque eso implique que muchos de ellos fracasen o mueran en el camino. A mi parecer, tú eres uno de esos pero las circunstancias te han hecho vivir como un don nadie sin objetivos. El hecho de que me cuentes una historia tan absurda como esa me inclina a pensar que seguramente tu infancia fue horrible, tu padre os pegaba a ti y a tu madre, ¿verdad? Y al final quizá acabó matándola por lo que jamás le perdonaste. Finalmente hace poco encontraste una forma de librarte de él y has encontrado algo que te puede hacer dejar de ser el cazador de la aldea, sin embargo en tu frenesí has acabado por matar o robar a alguien que no debías
,- tomó aire, ¿no es así?

El cazador se quedó completamente de piedra, estaba furioso con Xardas por hacerle sentir así pero comprendió que sólo quería ayudarle. Se calmó y dijo:
-Sí, muchas de las cosas que has dicho son ciertas, mi padre era el ser más despreciable que he conocido nunca, murió hace tres inviernos, pero no le maté.

Xardas se le quedó mirando con gesto de que continuase.

-Robé a una anciana enferma que me pidió que rescatase a su hija de unos trasgos del bosque. No se qué me pasó. Lo juro por Innos, estaba tan embriagado por salir de ese agujero y buscar mi destino que algo malvado se apoderó de mí. Soy un desecho social, seguro que a la hija de la anciana ya la han matado .Quisiera ir y devolverle lo que robé pero se perdió cuando se quemó la posada, todo por esos malditos fanáticos psicópatas, dijo avergonzado.
-No te juzgues ni juzgues a los demás tan a la ligera. Lo que tu piensas que está mal puede ser bueno para otra persona y viceversa. Los fanáticos psicópatas que dices tienen una filosofía distinta a la nuestra, donde impera la violencia como método para expresar fuerza y valentía. Ellos no se creen los malos del cuento, de hecho piensan que nosotros somos los malos. Debes comprender que tú no obraste mal, pues las circunstancias han hecho que te vieses liberado de los temores de la infancia y hayas acabado robando a una vieja inocente. Deja de preocuparte pues no hay nada que puedas hacer por ella, has perdido su objeto de valor y con toda seguridad su hija hace rato que la han matado. Ten fe en tu interior y en nada más, sé libre para decidir tus actos y entenderás lo que te digo. Ah y por cierto los fanáticos del Culto no quemaron la posada, fui yo.
-¿Qué? ¿Porqué lo hiciste?
-Fue sin querer, sólo conozco un hechizo de combate y es la bola de fuego...


Durante el resto del día el mago y el cazador siguieron compartiendo anécdotas y vivencias personales.
Después de tres jornadas de viaje y habiendo atravesado el empinado Hayedo Negro llegaron a la Majada de Khézar, una extensa pradera alta surcada por infinidad de pequeños arroyos, las montañas se veían tan inmensas desde ahí que parecía que casi tocaban el cielo. Al fondo, en el pie de la montaña se apreciaba el viejo monasterio. Detrás la vista no defraudaba: se contemplaban los Llanos de Tabriz en toda su magnificencia, y en el horizonte el océano oriental.
Cuando llegaron a una inmensa roca caliza conocida como Piedra Gemela, de la que se cuentan innumerables leyendas absurdas, se pusieron a hacer los preparativos para acampar y pasar la noche. Cuando estuvo terminado y hubieron cazado un par de carroñeros se pusieron a descansar en la roca. Corría una agradable brisa. Xardas miró al cielo y empezó a decir:

-Recuerdo días como éste, cuando mi padre me llevaba al bosque fuera de Khorinis y comíamos bayas silvestres, tendría cuatro o cinco años... La hierba olía bien y yo no tenía preocupaciones. Al año siguiente unos bandidos mataron a mi padre y a mi madre.

El rostro de Xardas se ensombreció y se produjo un calmado silencio.

-¿Nunca te preguntas si los humanos podremos gozar algún día de paz? ¿Cuando acabarán las disputas entre hombres y entre dioses para que lo único que tenga que preocuparnos es si corre esta agradable brisa primaveral?
-Siempre habrá que tener fe en ello, nunca dejará de soplar esta brisa.

Xardas le miró sonriéndole: -Sí, supongo que sí.
El cazador contempló el oscurecido paisaje de la noche, las palabras de Xardas le habían abierto los ojos. Se preguntó como un simple mago recién nombrado podía ser tan sabio.

Al alba se levantaron y tras atravesar la Majada llegaron a las puertas del monasterio. Un grupo de tres magos y cinco novicios caminaban en dirección al puerto de montaña del desfiladero. Xardas y el cazador les abordaron. El mago más viejo era el Mago Supremo, Barthos de Laran.

-Saludos,Maestro Barthos, me alegra conocerle, soy Xardas de Khorinis, he venido para completar mis estudios bajo su tutela. El monasterio de Khorinis envió hace ya varios meses a un novicio llamado Pyrokar para que le entrenasen. Me haría un gran favor si me indica con quién tengo que hablar para localizarlo así como para pedir estancia de seis días en el monasterio, Maestro.
-Desgraciadamente joven Xardas, el novicio Pyrokar ha sido secuestrado hace unas horas por un grupo de bandidos que moran estas montañas. Se le encomendó la tarea de vigilar la entrada del monasterio y los osados bandidos del desfiladero lo han raptado. Dudamos que siga con vida, pero no temas porque yo y todos ellos vamos a subir por el desfiladero a encontrarle.
-¡Por Innos pero las Montañas son demasiado grandes, jamás le encontraremos, Maestro!
-Yo puedo
, dijo el cazador, no conozco este lugar pero se seguir rastros de personas y animales.
-Con el debido respeto, Maestro, déjanos a nosotros ir a buscarle, tú no estás en condiciones para subir montañas, además eres muy valioso para la orden. Yo y mi amigo lo localizaremos, además el joven Pyrokar era discípulo y amigo mío en Khorinis, dijo Xardas
-Muy bien, jóvenes, marchad no hay tiempo que perder, una vida está en juego. ¡Que Innos os proteja!

Los dos salieron corriendo como chasqueadores en dirección al desfiladero, un penoso paso de montaña largo y peligroso. Subirlo costaba un día entero sin interrupciones, sin embargo la mayoría de las veces, las nieves y el temporal obligaban a parar frecuentemente. Por suerte aquella mañana hacía un sol radiante y el cazador fue guiando a Xardas entre la maleza del desfiladero. Corrían sin parar y a Xardas le parecía que no paraban de dar vueltas. Cino horas después de iniciada la marcha y casi sin aliento, el cazador dijo:
-Está allí, señalando un espolón rocoso que asomaba como un pico en un precipicio.
-¿seguro?, preguntó Xardas, escéptico
-Sí, seguro, dijo el cazador jadeante.

De la roca salían voces chillonas, y bordeándola por un lado encontraron la entrada a una cueva caliza con claros indicios de presencia humana. Dentro de la cuevona se oían retumbar voces hablando. Las voces discutían sobre si debían matar al mago, o pedir un rescate por él.
-Entregadnos al mago, dijo tranquilo el cazador, con el arco tensado y apuntando a uno de los bandidos.
Xardas a su lado tenía un aspecto maligno pues la bola de fuego que había conjurado le iluminaba de una manera malévola la cara. De un salto se levantaron los ocho bandidos y se abalanzaron sobre los dos compañeros que arrojaron sus respectivos proyectiles. La flecha que se clavó en el ojo del bandido rubio ocasionó que el bandido que tenía detrás cayese al suelo, sin embargo la bola de fuego fue más devastadora pues tras lanzarla sobre uno de ellos se propagó a tres bandidos más.
El cazador desenvainó la espada de mineral del conde Bardas. Paró de un golpe la mellada hoja del bandido y en el contragolpe seccionó su cabeza. Terminó rematando en el suelo a uno de ellos que se había caído al suelo. Xardas desenfundó también su espada, su habilidad era inferior pero tenía claros detalles de calidad. Cuando el último de ellos murió, liberaron las cuerdas que tenían retenido al novicio Pyrokar. Xardas y él empezaron a hablar y a reírse. El cazador prefirió esperar fuera.
Cuando salieron de la cuevona los tres se quedaron en medio del antiguo y destartalado camino que sube al puerto de montaña.
-Gracias por salvarme, Xardas me lo ha contado todo.
-No hay de qué, espero que completes tu entrenamiento
, dijo riéndose
-Eso espero, creo que están a punto de nombrarme para la prueba.
-Me alegro... Xardas ha sido un placer conocerte
, debo seguir mi camino hasta Laran.
-Lo mismo digo, ten esto, lo llaman hierba del pantano y lo cultivamos en Khorinis. Se fuma y tiene un efecto muy relajante.
-Ah muchas gracias, me lo fumaré en una buena ocasión. Ya nos veremos Xardas.
-¡Espera!, creo que te olvidas esto
, dijo sacando de los anchos bolsillos de su túnica un viejo y pequeño diario.
-¡Oh, creí que lo había perdido!... ¿Lo... has...leído?
-Sí
, dijo riéndose, pero no entendí nada, Cualquier cosa que quieras con este diario es cosa tuya...Cuídate.
-Tú también.



Última edición por dulcepsicopata el Dom 28 Ago 2011, 15:17, editado 19 veces
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MensajeTema: Capítulo III   Capítulo III EmptyMar 22 Feb 2011, 20:41

las secciones están algo apagadas, pero La mejor manera de usar mi tiempo por ahora
Es leer tu relato Psicópata, de verdad que tienes eso que muchos escritores no tienen xd
Poder de envolvimiento, o algo asi es, Tu historia Tiene una categoría de muy nivel Psicópata
La seguiré hasta el final n.n! Sigue asi Psicópata. Por favor no nos dejen hasta la mitad x.x
Continua tu historia que esta increíble *-*
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