Xardas fue el más grandioso de los
Magos de Fuego y lideró la creación de la
Barrera en el
Valle de las Minas, la colonia penal de
Khorinis. En el proceso de conjuración de la misma algo perturbó la delicada estructura mágica y la
Barrera abarcó más terreno del que debía, quedando atrapado en su propia creación junto al resto de magos que participaron en el ritual. Xardas decidió entonces dejar el
Círculo de Fuego. Dedicó todo su tiempo a estudiar demonología y magia negra. Pensaba que ahí encontraría la solución, la manera de destruir la
Barrara y llegar a ser libre.
Aspecto y carácterXardas es un hombre extremadamente anciano, de piel muy pálida y con sus ojos atrofiados. Es muy sabio y poderoso, pero no hace alarde de ello. Nunca prescinde de más conocimiento del necesario para completar sus tareas.
Sus poderes mágicos parecen ser ilimitados, pues puede invocar
demonios y esqueletos a su voluntad, así como teletransportarse allá donde quiera. Durante la última ofensiva orca contra los humanos en
Myrtana, ayudó a los invasores orcos destruyendo la
Magia Rúnica, o más bien concentrando su poder en un solo
foco de piedra, inutilizado los poderes mágicos de
Magos de Fuego y
Paladines.
Historia de XardasXardas fue posiblemente el más grande y poderoso de los
Magos de Fuego. Antes de los acontecimientos que ocasionaron la creación de la barrera, vivía en el Monasterio de Khorinis siendo el mago de fuego supremo y era el consejero del rey Rhobar II. En el monasterio antes de todo lo ocurrido en el Valle de las Minas, solía practicar y estudiar la magia negra en una cámara secreta de la biblioteca del monasterio, en la cual hizo algunas investigaciones sobre un paladín de la sombra. En esta sala secreta mantenía escondidas las lágrimas de Innos y la carta de navegación a los Salones de Irdorath.
Fue el duodécimo mago que supervisó todo el proceso de la creación de la
Barrera, que él no veía como una cárcel perfecta, como
Rhobar II tenía pensado, sino más bien como una protección de la influencia oscura de
Beliar.
Tras el mal funcionamiento de la
Barrera, Xardas dedicó sus estudios a la nigromancia y otras artes oscuras. Fue un gran malestar para sus compañeros magos de fuego y para
Gómez incluso. Sin embargo, Xardas no fue un loco ni un carnicero, por lo que a fin de evitar un conflicto abierto, dejó el
Campamento Viejo para estudiar el arte de Beliar en la soledad, por su cuenta propia.
El estudió de Xardas sobre la naturaleza de la barrera y las artes oscuras le han permitido descubrir que la razón por la que la barrera se ampliase tanto era por la presencia hasta el momento de un antiguo demonio orco llamado
El Durmiente. Durante este tiempo, el mismísimo
Beliar le habló y otorgó sus poderes. Razón por la que Xardas puede utilizar un nivel nunca antes visto de poder, ya que combina el poder del fuego de
Innos con la oscuridad de
Beliar.
Sabiendo la razón que había detrás de la corrupción de la
barrera, Xardas necesita un ser humano capaz de luchar contra el demonio y así desterrarlo de este mundo. Él no sería capaz de enfretarse al
Durmiente, su propio cuerpo era viejo y frágil, por no hablar de que también sería muy vulnerable tras el viaje.
Xardas también consideró esto como una oportunidad de ganar aún más poder, al absorber el alma del
Duermiente, pero al teletransportarse al templo se agotó demasiado impidiendo llevar a cabo su plan. El
héroe sin nombre, después de reunirse con él, desterró al demonio de este mundo, pero quedó sepultado bajo un moentón de escombros tras el derrumbamiento del templo.
Sin embargo, Xardas no dejaría a su protegido allá ni lo tomaría por muerto. Después de trasladar sus operaciones a un lugar más seguro, lo invocó en su nueva torre construida a las afueras de
Khorinis para obtener su ayuda en la lucha contra el engendro convocado por el último grito de guerra del
Durmiente.
Ayudado por el héroe, la reparación del
Ojo de Innos y el descubrimiento de la ubicación de los
Salones de Irdorath, a Xardas finalmente le fue posible completar su objetivo, y así obtener el poder del
Dragón no-muerto, poco después de haber sido derrotado por el héroe.
Con el poder recién adquirido, Xardas fue capaz de contener el poder de la
Magia Rúnica usada por los
Magos de Fuego y
Paladines. Con elllo ayudó los
orcos a ocupar
Myrtana y le permitió diseñar su gran plan: la eliminación de toda influencia divina en el mundo y permitir a todos los seres vivos poder guiarse por sí mismos y configurar el mundo todo de acuerdo a su capacidad, no de acuerdo a la presencia divina o la potenciación piadosa de un dios. Con este fin, necesitaría el héroe para adquirir y destruir los cinco
artefactos de Adanos. Seguidamente debería eliminar a los avatares de
Innos y
Beliar en la tierra:
Rhobar II y
Zuben respectivamente. Con la ayuda de sus artefactos abriría el portal a las
Tierras Desconocidas y partiría con el héroe.
Y así lo consiguío: la eliminación de toda presencia divina en la tierra, lo cual permitiría a los hombres vivir su vida todo de acuerdo a sus capacidades.