Paladines

Tema: Paladines Jue 01 Sep 2011, 15:49

PALADINES
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Los paladines eran unos guerreros de élite del reino de Myrtana. Pertenecían a la Orden de Innos, de la que constituían su brazo armado en contraposición a los magos de fuego. Ésta era la única orden religioso-militar del reino. El gran maestre de la orden era por tanto el rey. Los guerreros que engrosaban las filas de los paladines eran soldados que habían servido durante muchísimos años en el ejército real o habían hecho proezas extraordinarias. Para unirse a los paladines se tenía que tener un historial delictivo limpio completamente, y una conducta ejemplar. Los paladines tenían tres principios básicos a la hora de actuar: proteger a sus hermanos los magos de fuego, ser totalmente leales al rey y servir a Innos, el dios creador, de forma ciega y absoluta.

Los paladines recibían el mejor equipamiento en comparación con los demás soldados. Se les ofrecía de forma gratuita una armadura y una espada hecha de mineral mágico. Eran claramente la fuerza mejor entrenada y mejor equipada de todo el reino, así como la que mejor representaba ideológicamente al reino. Por todas estas causas, constituían la élite del imperio humano.

Por supuesto, el nivel de entrenamiento, moralidad y fanatismo que exigía sólo estaba a disposición de los pocos que reunían las condiciones necesarias para alcanzarlos, lo que hacía que los paladines fuesen una aplastante minoría en comparación con el resto del ejército real. Era habitual que los generales del ejército fuesen paladines, en su mayoría demasiado mayores para seguir combatiendo. En el caso del renegado Lee, es imposible de determinar si formaba parte de la Orden antes de ser arrojado a la colonia. En todo caso, una vez se le arrojó a la colonia se le despojó de todos sus rangos y títulos.

Había dos importantes rangos, medidos por veteranía, habilidad y otros factores, éstos eran: caballeros y paladines como tal. Los caballeros aún siendo paladines no gozaban del privilegio de ser llamados oficialmente como tal ya que para ello debían demostrar merecerlo. Los recién iniciados dentro de los paladines eran los caballeros. Al ser bisoños siempre ocupaban en la batalla la vanguardia. Estaban muy bien equipados, su armadura, de varias partes, estaba hecha posiblemente de acero, aunque no se puede descartar que fuese manufacturada con mineral mágico. La armadura constaba de: una camisa gruesa de manga larga y de color rojizo. Una larga cota de malla con capucha, con mangas recortadas a la altura de los codos (para poder maniobrar mejor). La cota de malla se extendía de los pies a la cabeza. Encima de la cota de malla llevaban, por el pecho y por la espalda, un dorsal con el símbolo de Innos; una gran cruz roja sobre un fondo blanco, adornada con detalles y simbología religiosa. También llevaban unas hombreras que permitían amplios movimientos, y unos guardabrazos que se extendían hasta la mano, los cuales tenían símbolos idénticos al de la cruz roja de Innos. Para sujetarse bien la cota de malla y el dorsal, llevaban un cinturón de cuero con trozos pequeños de metal. En las piernas, llevaban unas grebas que protegían desde la rodilla. En los pies tenían unos zapatos herrados con un mecanismo para desaflojarlos. A cada caballero se le daba una espada de mineral mágico que, pasado un tiempo, podía consagrar para aumentar su poder.

Al rango de paladines (véase la primera imagen) sólo llegaban aquéllos que habían demostrado una fe absoluta en Innos, aquéllos que eran capaces de sacrificarse sin ninguna duda por el rey o por la causa, los que demostraban una valentía inconmensurable y los que destacaban sobremanera en el combate. A todos ellos se les otorgaba un equipamiento más completo, añadiendo casco con visera, hombreras y brazales, codales, falda de loriga y por supuesto peto. El peto representaba el orgullo de un paladín, el símbolo de Innos. También se les daba una pieza para proteger el cuello y la garganta llamada gola. A estos paladines se les entregaba el don de la magia. Sus hechizos estaban especializados en la lucha contra las criaturas de Beliar. Su sistema de magia era distinto al de los magos pues ellos no necesitaban aprender círculos. Cuando el maestro paladín consideraba que el paladín estaba listo le hacía entrega de una nueva runa que contenía el hechizo.
Los paladines más combativos o que más se habían destacado, eran enterrados en lugares solemnes. En las cuevas que hay cerca de la taberna "La Arpía Muerta" se reutilizó el antiguo lugar funerario (seguramente era en un principio de la civilización de los constructores) para enterrar a unos cuántos paladines caídos en combate. Se observa que éstos eran enterrados con su espada y algunas de sus pertenencias.
Los paladines operaban casi siempre en el continente. Su baluarte estaba en el castillo de Gotha. También había un regimiento constante de paladines en Vengard, la capital, en orden de proteger al rey.

A lo largo de la historia de los paladines, fueron muchos los que renunciaron a Innos, seducidos por el poder de Beliar y la promesa de poder ilimitado. Eran precisamente paladines muy poderosos los que renegaban, en contraposición a los caballeros que rara vez fueron corrompidos. Estos paladines renegados se empezaron a conocer por varios nombres, el más habitual era el de guerreros de la sombra. A cambio de vida inmortal entregaban su alma a Beliar y se convertían en sus más acérrimos siervos. Muchos de ellos eran enviados por Beliar a proteger lugares especiales, como en el caso de la tumba donde se hallaba la sajadora de dragones, cerca del círculo del sol. También cabe destacar el caso del paladín renegado Inubis, que protegía unas viejas catacumbas cerca de la granja del hacendado. Otros de ellos fueron destinados a proteger los Salones de Irdorath. Archol, por el contrario, que debió ser en su día uno de los mejores paladines del rey, tenía una labor más representativa, pues estaba al mando de todo el ejército de criaturas no muertas y orcos que protegían la entrada final a los Salones.
En todos los casos, los guerreros de las sombras eran seres amorales, sin razón o sentido común propio. Con el paso de los años su carne se fue pudriendo y sus armaduras enmoheciéndose pero gracias a su pacto con Beliar eran inmortales; eran inmunes a cualquier estrago del tiempo, y tampoco necesitaban comer o dormir.
Xardas hizo un estudio sobre estos guerreros en una cámara secreta de la biblioteca del monasterio de Khorinis. Limpió su armadura y la guardó por si acaso le era útil en alguna ocasión.

HISTORIA DE LOS PALADINES

El cuerpo de élite de los paladines fue seguramente fundado por el rey Rhobar I, primer monarca unificador de Myrtana. Es posible que ya existiesen de antes aunque no hay ningún dato ni evidencia al respecto que lo avale. En el reinado de Rhobar I los paladines tuvieron un papel vital, sobre todo en la destrucción de dos de los templos de Beliar. Otros conflictos bélicos importantes en los que intervinieron fueron la Primera Guerra Orca, la Guerra de Varant donde estuvieron dirigidos por el general Lee, y la Segunda Guerra Orca. En la conquista de Nordmar seguramente no intervinieron ya que iba contra sus creencias atacar a otros humanos, muchos de los cuales serían seguidores de Innos.
En la Segunda Guerra Orca tuvieron un papel destacado defendiendo en un principio la zona norte del reino, sin embargo acabaron cediendo y se replegaron a Gotha donde, tras varios asaltos, también tuvieron que replegarse. Los últimos paladines que quedaban marcharon a la capital a defender al rey Rhobar. Finalmente, cuando los orcos pusieron sitio a la ciudad, el rey ordenó a Lord Hagen, su mejor general, tomar cien hombres y marchar a Khorinis para conseguir todo el mineral posible. La expedición fue un fracaso y supuso la muerte de muchos de esos paladines. Se desconoce la suerte que corrió Hagen, lo más posible es que pereciese intentando socorrer a Garond.
Los últimos paladines se quedaron en Vengard cuando se levantó una barrera mágica alrededor de la ciudad. Los que quedaron dispersos fuera de Vengard se convirtieron en fugitivos y vagaron por Varant, Nordmar y Myrtana. Algunos de ellos perdieron la fe en Innos y se convirtieron en bandidos, otros se rindieron y se pusieron al servicio de los orcos. La principal causa de la derrota de los paladines fue la privación que sufrieron de su magia rúnica, provocada por el nigromante Xardas. En orden de restaurar esa magia, varios paladines y magos de fuego desarrollaron un plan consistente en bendecir los poderosos cálices de fuego. Con la ayuda del Héroe sin Nombre, los paladines y magos lograron su objetivo y entregaron a doce de los paladines un cáliz del cual bebieron, adquiriendo a partir de entonces la magia que antes habían poseído (aunque ésta era magia de los antiguos y no rúnica).

Tras la marcha del Héroe con Xardas a las Tierras Desconocidas es posible que los paladines se recuperasen y volviesen a ser la fuerza de élite del reino, aunque todo esto sólo son suposiciones.

"Innos es mi honor, y mi honor es mi vida" Una de tantas frases míticas de los paladines

Tema: Re: Paladines Jue 01 Sep 2011, 22:29

Terminado!!

Tema: Re: Paladines Jue 01 Sep 2011, 23:47

Pedazo de artículo, acabo de leermelo todo y no tengo nada que añadir o corregir, perfecto. Me encantan los paladines y todo lo que tenga que ver con ellos, por eso mi primera partida en G2 fue como paladin y en G3 en el bando de Innos.

Buen trabajo, que la luz de Innos sea contigo !!

Tema: Re: Paladines Vie 02 Sep 2011, 18:01

Magnífico trabajo, Psico cheers

como siempre, claro está

Tema: Re: Paladines Sáb 03 Sep 2011, 02:57

Muy buen trabajo!!

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