Hola de nuevo! por fin puedo seguir subiendo con mas regularidad los capítulos, ya que he encontrado un programa que me hace mas fácil la tarea de pasar la historia a ordenador. Estaba deseando continuar así que espero que os guste. Al principio he hecho un pequeño guiño a ghotic y a los que habeis comentado en mi historia aunque como hace tiempo que lo escribí, quizá esta un poco anticuado ya que me basé en las fotos de perfil. Os recomiendo que os volvais a leer la historia desde el principio por si no os acordais. Aí va:
CAPÍTULO II: ASESINOMientras recorrían las estrechas y sinuosas calles del distrito 4, Hammer contaba a Jástilus el momento en el que había recibido el mensaje.
-…Entonces tuve que abandonar los barracones de la guardia imperial, fue una pena, me encantaba estar en primera línea de batalla. – dijo suspirando-. Después embarqué en una pequeña nave y me trajeron a este planeta. Cuando aterrizamos…
-Hemos llegado. –le interrumpió Jástilus.
Estaban ante un pequeño local con una fachada de rocormigón bastante sucia y en la que un letrero de metal oxidado decía:
“
Taberna La Arpía Muerta”
Los dos entraron, no sin dificultad para abrir la oxidada puerta. Su interior consistía en un sucio local con algunos clientes: Un hombre bajo y rechoncho con una barba pelirroja y un hacha a la espalda bebía una buen lingotazo de matarratas de una jarra mugrienta; un poco mas allá, un tipo canijo comía de un tazón con la boca llena mientras miraba con atención a algún punto que Hammer y Jástilus no alcanzaban a ver; un guardia imperial con los colores característicos de la 707-P compañía, amarillo y negro; y un grupo de caballeros que seguramente serían del planeta feudal Goth-ic II. Al fondo de la oscura estancia se encontraba la barra.
-¿Dónde está el tabernero? –preguntó Hammer en voz alta-.
-¡Orlan! –gritó el hombre de la barba pelirroja con voz ronca-.
Un hombre con blusa blanca y un chalequillo verde sin manga apareció detrás de la barra a través de una puerta con cortinilla.
-¿Qué va a ser? –dijo Orlan cogiendo una jarra-.
-No hemos venido a beber. dijo Jástilus-hemos sido citados con el inquisidor Marcus Steal.
-Ah, si, en el piso de arriba, la segunda puerta la derecha, os está esperando-. Respondió orlan.
Hammer y Jástilus subieron las escaleras con cierta impaciencia, recorrieron el pasillo y abrieron la puerta. De espaldas a ellos, un hombre con una gran servoarmadura* color bronce miraba a través de una ventana.
-Vaya mierda de distrito.-decía escupiendo las palabras mientras se daba la vuelta-. Sí por mí fuera, purgaría a toda esta chusma del planeta.
Exhibía unas facciones toscas y severas, tenía unas cejas pobladas encima de unos ojos marrones, una prominente nariz sobresalía de su cara llena de cicatrices de guerra y en su cabeza, un corte de pelo militar cuadrado.
-Habéis tardado mucho en llegar.-dijo gruñonamente-.
-Es que...
-estáis aquí para servirme.-le interrumpió el inquisidor-. Obedeceréis mis órdenes sin ninguna objeción o sereis castigados. ¡¿Entendido?!
Sí, señor...-respondieron apesadumbrados.
-Bien. Vuestra primera misión consistirá en proteger y escoltar al señor de Avellorn durante su discurso de mañana en la capital, allí os reuniréis con el tercer integrante del grupo. Hasta entonces dormiréis en esta taberna.-Dijo mientras se dirigía hacia la puerta-.Por fin puedo abandonar este asqueroso lugar-. Farfulló por lo bajo antes de abandonar la habitación dando un portazo.
Hammer y Jástilus todavía impresionados, suspiraron y se dejaron caer en la cama. Poco después, los dos cayeron en un profundo sueño. A la mañana siguiente, unos bruscos golpes en la puerta los despertaron.
-¡Vosotros!-Dijo la voz de orlan-. Os han venido recoger-.
Hammer y Jástilus cogieron sus armas y salieron al exterior. Un Land Speeder* modelo civil había aterrizado en la puerta y su piloto los esperaba apoyado en él.
-Sois Jástilus y Hammer ¿no?-.
-Así es.-respondieron.
-Bien, me han mandado a recogeros, así que subid a bordo-. Dijo mientras se montaba en la cabina del piloto.
Hammer y Jástilus entraron en el vehículo, y los motores de antigravedad se pusieron en marcha. El land speeder se elevó por encima de los destartalados apartamentos y puso rumbo al centro de la ciudad. A medida que avanzaron, pasaron de sobrevolar los apartamentos a tener que esquivar los imponentes edificios de roca negra del centro de la ciudad. El vehículo gravitatorio aterrizó sobre un edificio de poca altura y antes de que tocara el suelo, Hammer saltó del land speeder y corrió hacia el bordillo de la azotea.
-Vaya-.dijo sorprendido-. Ya sabemos por qué no hemos aterrizado en la calle.
Jástilus se acercó a Hammer y miró hacia abajo. Una inmensa masa de gente ocultaba el suelo de la enorme plaza que tenían a sus pies, cumpliendo con el prototipo de mundo colmena*.
-Tenéis que ir a ese edificio-. Dijo el piloto señalando al más grande de todos-.
Se montó en el vehículo y gritó por encima del ruido del motor:
-Y que tengáis suerte pasando a través de la gente-.
Hammer y Jástilus descendieron del edificio mediante un ascensor y salieron a la calle, no sin dificultad para abrir la puerta debido la muchedumbre que se agolpaba contra ella. Tras muchos codazos y empujones consiguieron llegar a la entrada del edificio que les había indicado el piloto, el ayuntamiento, según decían las letras talladas en la fachada. En cuanto cruzaron la puerta, el incesante ruido de fuera se silenció. Se encontraban en una sala de mármol gris en la que a los lados, había una gran cantidad de butacas y sofás de cuero rojo; al fondo, un gran mostrador, también de mármol; y a cada lado, unos ascensores dorados permitían el acceso a los pisos superiores. Hammer y Jástilus se acercaron al mostrador, al otro lado, una mujer ordenaba unos documentos con cierta destreza.
-Hola, buenos días-. Dijo rápidamente sin mirarles mientras movía documentos de un sitio a otro-.
-Hola, hemos venido por...
-Segunda planta al final del pasillo-.les cortó-. Os están esperando, gracias...
-Eee... vale, gracias-.dijo Hammer un poco aturdido-.
Los dos se dirigieron al ascensor y subieron a la segunda planta. Al llegar a la puerta del final del pasillo dieron unos toques en ella.
-Adelante-.se escuchó inmediatamente al otro lado-.
Abrieron la puerta y entraron en la habitación. Tenía un estilo clásico y un fuego ardía en una chimenea dándole la estancia un aspecto acogedor. Delante de un espejo, un servidor terminaba de colocarle un traje a un hombre alto y flaco.
Bienvenidos-.dijo el señor de Avellorn- ¿estáis listos?
-Sí, señor-.respondieron Hammer y Jástilus.
-Bien, pues id saliendo al exterior.
Los dos cruzaron un ventanal de cristal y se encontraron en un enorme balcón de piedra cubierto, que estaba saturado de decoración. Buscaron un lugar discreto y se apoyaron en una columna, en ese momento, el señor de Avellorn salió al balcón y un ensordecedor vitoreo llegó desde la multitud. Llegó a la barandilla de piedra, levantó una mano y las masas quedaron en un silencio expectante. Bajó la mano y comenzó su discurso:
-Saludos pueblo de Avellorn...-dijo con voz firme y autoritaria.
-Oye Jástilus-.susurró Hammer en voz baja-.
-¿Um…?
-¿No nos íbamos a reunir con el tercer compañero ahora?
-Eso dijo Steal, y también dijo que era muy puntual-.
-En teoría iba a venir a la una y es casi esa hora, no creo que llegue a tiempo-.
12° 59’ 55’’
12° 59’ 56’’
12° 59’ 57’’
-Este es un gran día para nuestro pueblo...-. continuaba el señor de Avellorn-.
12° 59’ 58’’
12° 59’ 59’’
-He visto la luz de los...
13° 00’ 00’’
Se escuchó un silbido y el señor de Avellorn cayó de rodillas con una bala entre ceja y ceja antes desplomarse en el suelo.
-¿¡Pero qué...!?-Gritó Hammer-.
-Corre Hammer, he visto un destello en esa azotea -.
Jástilus concentró su mente mientras corría hacia el bordillo, dio un salto y apoyándose en la barandilla, se impulsó al vacío. Descendió como una pluma en las cabezas de los sorprendidos habitantes que ocupaban la plaza y comenzó a correr sobre ellos casi sin rozarlos. Cuando llegó al edificio en el que había visto el destello, comenzó a correr verticalmente por su fachada hasta trepar a la azotea. Miró a su alrededor asfixiado por el esfuerzo y llegó a tiempo para ver como una sombra soltaba un rifle y se lanzaba por el lado contrario de la azotea, caía en el suelo de rodillas y corría calle abajo. Jástilus fue tras el asesino saltando tras él y descendiendo lentamente como hizo antes hasta caer en el asfalto. Mientras se incorporaba, Hammer pasó corriendo su lado.
-¡Date prisa Jástilus, ya casi le tenemos!-.
Juntos, fueron tras el asesino, que acaba de doblar en una esquina. Cuando llegaron, se encontraron ante un callejón sin salida y de cara a la pared, el asesino miraba de un lado a otro buscando algún lugar por donde escapar. Al verse acorralado, desistió en su intento de huida y se dio la vuelta para encararse con sus perseguidores. Su traje de sintepiel* negro se adaptaba a unas perfectas curvas femeninas, al igual que lo hacía hacía una capucha del mismo material en la cabeza. Una máscara blanca con rombos negros le ocultaba el rostro.
-Vaya, habéis tardado bastante encogerme-.dijo casi riéndose con una voz suave, dulce y cantarina-.
Y entonces se llevó la mano a la máscara con intención de quitársela.
GLOSARIOServoarmaduraEs una de las armaduras mas fuertes del imperio. Esta armadura necesita una fuente de energía que además aumenta la fuerza del portador.
(la armadura que lleva el marine espacial de mi foto de perfil es una servoarmadura)
Land SpeederEs un vehículo del tamaño de una furgoneta que utiliza motores de antigravedad para alzarse sobre el suelo.
Traje de sintepielLa sintepiel es un traje de fibra elástica biorreactiva con una superficie inerte mate que se adapta como un guante al cuerpo del usuario.